martes, 28 de septiembre de 2010

ICE CAPITULO 12

DOCE
Latitud 79 ° 48 '44 "N
Longitud 153 ° 37 '58 "W
Altura de 6 pies

El OSO LA LLEVO HACIA EL NORTE, Cassie puso su mejilla contra la suave piel de su cuello. Ella respiró el aroma salado del mar y su piel húmeda. Arriba, la aurora boreal jugaba entre las estrellas, mientras Oso corría a través del hielo infinito.

Recordó la última vez que Oso la había llevado lejos de la estación. El mismo viaje, solo que ahora ella sabía lo que le esperaba al final de el.O al menos ahora ella sabía lo que esperaba hacer. ¿Qué pasaría si Oso rechazaba su plan?

Después de muchas horas, llegaron al castillo. Cassie vio las torres, iluminadas a la luz de la luna. Oso camino redujo la velocidad, sus patas crujían sobre los gránulos de hielo.
"Estamos en casa", dijo Cassie en voz baja.

Oso se detuvo, y ella sabía que él la había escuchado. Ella envolvió sus brazos alrededor de su ancho cuello y luego se bajo. Caminó a través de la puerta del resplandeciente castillo con su mano apoyada en su oso.

Ella lo llevó a la sala de banquetes y se quitó la mochila. La desabrocho y empezó a sacar mapas, carpetas y cuadernos, luego los amontono en la mesa. El hielo comenzó a enroscarse en torno a un mapa cuandi ella lo desenrolló.

"¿Puedes decirle a la mesa que esto no se come?"

Oso se concentró en la mesa, y el hielo se retiró.

"¿Qué es todo esto?", Preguntó.

Cassie respiró hondo. Este era el momento para ver si ella realmente tenía un futuro aquí. A pesar de utilizar las buenas palabras de papá, Oso podría aplastar todo sin saber siquiera que lo estaba haciendo. Y si él no estaba dispuesto. . . Voy a tener que convencerlo-pensó-. Señaló a una sección del mapa.

"Aquí está la costa. Y aquí están las guaridas de esta temporada. Es un oso por triángulo."

Cassie se voltio para abrir una carpeta de tres anillos.

"Este es un registro de las madrigueras con las fechas previstas para los nacimientos, esto se puede utilizar para trazar rutas para que tú puedas estar más cerca de los nacimientos y tener más probabilidades en un momento dado para el resto de la temporada de nacimientos. Es un modelo predictivo. Podemos utilizarlo para cambiar las probabilidades. "

Oso frunció su amplia frente. Ella se concentro en el.

"Con el tiempo, la ayuda de los puntos y los datos suficientes, podre ser capaz de ser más precisa... dentro de un orden de magnitud, por supuesto."

Todo era gracias a que Owen, había hecho en cooperación con las diferentes estaciones de investigación, copias impresas de todos los archivos. No era un registro completo de la población de osos, pero era un comienzo.

“Mira” dijo ella, “He trazado una ruta preliminar. Podemos probarla mañana. "

Ella lo miro, esperando su reacción y tratando de leer sus negros ojos de cristal.

"¿Quieres venir conmigo afuera en el hielo? ¿Para estar presente en los nacimientos?”

"Tengo que hacerlo," dijo con firmeza. "Para que esto funcione, tenemos que grabar más datos y no se pueden hacer ambos trabajos. Además, tu no sabrías que datos necesitamos."

Ella intentó una sonreír.

"Tú no tendrías los pulgares disponibles."

Su risa era familiar y un suave rumor de bienvenida se apoderó de ella y luego él hablaba con un tono nuevamente serio.

"Todos los viajes munaqsri los realizamos solos. Debemos evitar la demora”

"Todos los munaqsri también pierden la entrega de las almas” le interrumpió ella.

"Tú mismo me lo has dicho. Yo puedo ayudar. Tal vez no vamos a llegar a hacerlo con todos los nacimientos, pero esto puede mejorar las probabilidades. "

Él asintió con la cabeza lentamente.Cassie sintió que un nudo se deshizo en sus hombros. Él quería salvar a los cachorros. Pero lo estaba haciendo mal. Él estaría de acuerdo. Juntos, ellos podrían salvar mas osos.

"Estas segura de que deseas hacer esto?", Dijo.

"No estás exenta de corres riesgos. Una vez fuera de estas paredes, si no estoy a tu lado, no puedo usar magia sobre ti. Si por alguna razón nos separamos. . . "

"Voy a llevar mi equipo", dijo ella, acariciando su mochila.

"Si fuera necesario, podría sobrevivir una semana entera en el hielo con este equipo."

Toda su formación, su habilidad, su educación, la habían conducido a esto. Ella estaría ayudando directamente a los osos polares en lugar de escribir papeles y garantizar las **subvenciones**. Claro, si él estaba de acuerdo.

Balanceando su enorme cabeza sobre los documentos, estudió los mapas, los archivos, las listas de números.

"Si esto ayuda a. . . todos los osos polares te lo agradecerán. Te doy las gracias".

El apoyó la cabeza contra su estómago, y ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello.
En un tono de voz más ligero, agregó: "Sin embargo, es muy poco natural."

"Así…Y lo dice un oso que habla", dijo ella.

Su piel se sacudió cuando volvió a reír.

"Durante días no tuve a nadie para burlarse de mí."

"Las vacaciones terminaron", ella dijo "Cassie está en casa."

En voz baja, el dijo, "No tienes idea de lo feliz que eso me hace."

Ella sintió sus mejillas sonrojarse. Se sentía como si flotara en el techo.

"Que romántico",dijo ella.

El cubrió su hocico con su pata, haciendo una mímica de vergüenza.
Cassie abrió otra carpeta. Quería mostrarle todo.

"Mira, aquí están marcados todos los números actualizados del grupo de especialistas del Oso Polar, la UICN."

“Vamos”, dijo él, empujándola con su nariz. "Mañana tenemos un largo día por delante."

Cassie sonrió. Dejando la carpeta de la UICN, caminó junto a él, entre el hielo tallado de azul profundo hasta la escalera iluminada por la luz de las velas.

"Sabes yo había elegido un numero para ti: A505, ID de Alaska." Dijo ella.
"A505", repitió el.

"Creo que te verías bien con una etiqueta. Igual que un pendiente. "

Ella tiró de la oreja peluda de Oso. Ella no se cansaba de tocarlo. Eso le recordaba que él era real.

"Sin mencionar la tinta verde en tus encías. ¡Muy atractivo!. "

Como siempre, el esperó en el pasillo mientras ella se preparaba para ir a la cama. Una vez que ella se deslizó bajo las sábanas, apagó la vela. Todo se fue oscureciendo poco a poco, luego escucho las acolchonadas patas de oso y luego los pasos de un hombre. El colchón se hundió al lado de ella, cuando el subió a la cama.Por primera vez en cinco noches, ella dormía bien.



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Cassie despertó primero. Su mejilla estaba contra el pecho humano desnudo y suave. Con su brazo le cubría a través de su estómago. Se quedó ahí por un largo rato, sintiendo su respiración. Era su esposo. Levantó la mano en la oscuridad y tocó ligeramente su rostro. Sus dedos trazaron la barbilla y se quedaron en sus labios. Ella nunca lo había besado. Se preguntó cómo sería.

Ella lo sintió moverse, y retiró la mano rápidamente. Ella rodo a su lado de la cama.

"¿Listo para patrullar?-ella preguntó.

Lo sintió salir de las sabanas y luego al colchón elevarse cuando él se puso de pie.
"Nos vamos juntos, ¿verdad?", ella Preguntó.

Cassie sintió una brisa de aire en la cara. Y cuando él habló, lo hizo con una su voz más profunda, era la voz del oso polar.

"Por supuesto, ¡oh mi intrépida líder!". Dijo él y ella sonrió.

Cassie escucho que la puerta se abrió y esperó hasta que escucho un clic al cerrarse, luego busco su linterna y la encendió. Se vistió rápidamente para la expedición con los pantalones de Gore-Tex, sus botas mukluks y todo lo demás, luego se encontró con él en el arco frente al castillo. Pronto, ella iba montada sobre él oso por el hielo.

El Ártico se extendía ante ellos, azul con sombras y tan amplio como el Sahara. Cassie se inclinó sobre el cuello del oso cuando el viento golpeo su cara. Esto era maravilloso. Esto era magnífico. Esto era. . . demasiado lento.

Ella le dio un gritó como una llamada para los perros que tiraban de los trineos: "Mush, Mush, Mush!"

"Que divertido," dijo él, pero aceleró poco a poco. Ella gritó cuando el azul de la noche de invierno se extendió sobre el hielo. ¡Sí! Ella estaba volando! La luna del medio día colgaba y se deslizaba en el horizonte hacia el sur.

Oso saltó a pasos agigantados presionando una cúspide. Sonriendo, Cassie agarró su pelo y apretó sus muslos alrededor de él para evitar caerse. Le encantaba esto! Deberían haber hecho esto hace meses.

Ella vio la aurora boreal rizarse en la periferia de su visión, eran destellos verdes y blancos. Según la leyenda esquimal inuit, la aurora boreal eran los espíritus de los muertos que danzaban. Cassie se preguntó si ese era el lugar donde estaban las almas sin reclamar, las que los munaqsri habían perdido, las que deberían haber tenido los recién nacidos.

Eso es ridículo, se dijo. La aurora era causada por las partículas eléctricas cargadas por el sol al chocar contra la atmósfera superior, no almas flotantes.

Las almas se marchaban. . . No tenía idea de adonde las almas perdidas se iban. Tal vez suponía que podrían ir a la aurora. Oso había dicho una vez que simplemente se perdían. Quizás con el tiempo, ella tendría suficiente información para trazar un mapa con la ruta y los datos de las muertes y los nacimientos. ¿No sería eso algo? Pero ella no debía de adelantarse. Primero tenía que ver si su plan funciona en absoluto.

La primera ruta que Cassie había planeado los llevó a detenerse en Lancaster Sound, la bahía de Hudson y luego al este en el estrecho de Davis. En la apertura del sonido, el oso gritó al sentir una llamada. Cassie se quedo colgando cuando Oso saltó y se estrelló a través de las crestas de presión del hielo.

Oso freno sin previo aviso y Cassie voló aun prendida de su cuello.

"Agárrate," dijo él. "Vamos a tomarlo con calma la primera vez."

Ella se agarro del pelo de su cuello, Cuando Cassie abrió la boca para preguntar que era lo que él quería decir.

El entró en un montón de nieve. Y esta se derritió como un espejismo alrededor de ellos. Cassie se estremeció al deslizarse a través de ella. Unos segundos más tarde, ella sintió el aire cálido y húmedo sobre su cara. La mitad de su cuerpo estaba dentro de la guarida del oso, y el resto atrapado en la compacta y dura nieve.

Ella escuchó un jadeo en la oscuridad. Nunca había estado tan cerca de un oso polar en su hábitat natural y mucho menos en un parto. Ella pensó que nadie lo haya hecho en realidad. Esto es asombroso, pensó. Esto es imposible.

Esto era el poder de un munaqsri. Esta era la razón por la que él tenía este poder: Para alcanzar a los osos, que nacían o morían. Toda la magia que existía para hacer posible este momento.

"Ha llegado el momento. Ya viene,” Dijo Oso en voz baja.
"No puedo ver", ella susurró. Y de repente, si pudo. Ella vio blanco: la piel y el hielo. Supuso que Oso altero sus ojos. Había cambiado su cuerpo, de la misma forma que la mantenía caliente en el hielo.

Oso se movió poco a poco hacia adelante y puso su cara junto al estómago de la Osa. Cassie también se acerco.

"¿Tienes el alma?” Susurró.

"Mira", dijo él.

Oso abrió la boca, y una sombra cayó como una gota de agua. Esta se hundió entre el montón de pelo y la piel de la Osa. Cassie dejo de respirar. Era una mojada y diminuta figura, el cachorro, se deslizó fuera de su madre retorciéndose.

En voz baja, oso dijo: "Así es como hacemos a los bebés".

"Es. . . un milagro. "Ella no tenía otra palabra para describirlo. Oso creaba milagros.El ciego y pequeño cachorro, se deslizaba a través de la piel de su madre y ella lo lamia todo de un golpe.

Silenciosamente, oso se retiró. Se deslizaron por la solida nieve. Cassie sintió como si la estuvieran asfixiando y ella luchó por mantener la calma. Oso nunca me haría daño, se dijo. Ella jadeo en el aire al momento de salir. Sus músculos temblaban.

"¿Estás bien?" Preguntó Oso.

"Adoro la visión nocturna", dijo ella.

"Pero odio caminar a través de las paredes."

Ella respiro profundamente para tranquilizar su desbocado corazón.Sacudió sus manos y sacó su GPS: latitud 63 ° 46 '05 "N, longitud 80 ° 09' 32" W. Ella lo marco en un cuaderno y luego metió el lápiz, el cuaderno y el GPS.

"Hay que dirigirse hacia el próximo parto. Hay un par de madres al oeste atrás de la Bahía de Hudson. "

“Como tu desees, Oh Gloriosa Líder".

Ella resoplo. "Genial".


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Esa noche, Cassie yacía junto a Oso. "Estas despierto?".

"Pues aun no me has lanzado patadas", dijo el apoyado en su almohada.

Ella sonrió y se acerco más en la oscuridad para tocar su hombro humano.

"Esto de trabajar juntos sí que funciona", dijo ella.

"El nacimiento del cachorro lo demostró."

Ella tenía un lugar aquí, no sólo como la esposa de Oso. Ella tenía un futuro.

"Sí," dijo él.

Ella lo sintió darse la vuelta. Ahora ella lo sintió frente a ella.

"Ahora somos un equipo", dijo ella.

"Sí," dijo.

Ella se acercó de nuevo, y sus dedos tocaron su suave mejilla. Se preguntó brevemente como se vería él en la luz. No es que eso importara. Él era su oso. Cassie se acerco más.
El estaba calmado, como un oso polar en un agujero en el hielo, pero estaba muy consciente de la forma humana que el tenia en este momento.

Ella sintió como si él la esperaba. Sin decir nada. Cassie inclinó su cabeza hacia arriba y en la oscuridad, ella le besó. Sin mover su cuerpo, como si el temiera que ella fuera escapar, le devolvió el beso, dulce y suavemente.
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Fin del capitulo

Traducido x Rania.

Nota del Traductor : **Subvencion** Es una beca es un aporte que se concede a aquellos estudiantes o investigadores que no cuentan con un capital para poder llevar a cabo sus estudios o investigaciones.
Las aportaciones económicas pueden provenir de organismos oficiales.

viernes, 24 de septiembre de 2010

ICE CAPITULO 11


Capitulo 11

Latitud 70 ° 49 '23 "N
Longitud 152 ° 29 '25 "W
Altitud 10 pies.

Cassie se lanzó al procesamiento de datos. Durante cinco días, trasladó varios miles de mediciones de latitudes y longitudes a triángulos minúsculos en un mapa topográfico, un triángulo por guarida. La noche del quinto día terminó tarde, y luego retrocedió un paso para examinar su trabajo.

Arrugó la nariz. Cualquiera podría haber hecho esto—un niño, un mono, Jeremy.

“Bien,” dijo papá detrás de ella. "¿Cuántos tenemos?"

Cassie contó. "Cuarenta y uno en el este de Ellesmere, la distancia máxima es de doce millas y media desde la costa, veintiocho dentro de las cinco millas."

Oso podría estar allí ahora, distribuyendo las almas. "En la Isla de Baffin, veintitrés cerca del Cabo de Adair."

Su padre tomó notas. "¿Cuenca Foxe?"

"Oso debe haber visitado varios de esos para este momento,” dijo.

Era el apogeo de la temporada de nacimientos. ¿Habían nacido muerto alguno de los ositos? Algunos deben haberlo hecho.

Si estaba en Karaskoye More, y sintió una llamada de Chukchi Sea, no podría haberlo logrado incluso con súper velocidad. Pensó en Oso, solo en su castillo, lamentando los ositos que había fallado en salvar.

El lápiz de papá se detuvo. “Cassie, no es necesario que pienses nunca más en él. Estás a salvo aquí.”

No de nuevo. Se forzó a sonreír y decir en voz plana, “él no es peligroso. Es dulce.” Y entretenido y divertido.

“Es una reacción psicológica común que las personas se identifiquen con sus secuestradores,” dijo él.

“Pero estás en casa ahora. No dejaremos que te lleve de nuevo.”

Papá era tan testarudo. "¿Sabes lo que hizo Oso una vez? Me desperté con dolor de garganta, y me trajo el desayuno a la cama.”

Más bien un banquete, en realidad. Panqueques, waffles, cereales. Nunca nadie le había llevado el desayuno a la cama.

“Y luego, el resto de la mañana, me contó historias para que no tuviera que hablar y no me aburra.”

Incluso había actuado algunas de ellas. Aun con el dolor de garganta, se había reído un montón.

“¿Suena eso tan terrible?” No se había reído así desde que había regresado a la estación.

“No necesitas contarme,” dijo él. “Lo que sea que ocurrió, estás a salvo ahora. Estás con personas que te aman.”

Oso me ama, pensó ella. “No es un monstruo,” dijo ella.

Gail asomó la cara dentro de la sala. “Es más de medianoche. Ustedes dos, adictos al trabajo, ¿van a ir a la cama?” Sonrió con todos los dientes.

“¿Quieres terminar por esta noche?” preguntó papá amablemente, como si estuviera hablándole a un niño.

Cassie suspiró. Un argumento más no iba a convencerlo. “Está bien.”

Depositó sus papeles en el escritorio, y corrió tras papá y Gail.

En la puerta de su dormitorio, papá se detuvo. “Buen trabajo hoy, Cassie.”

Ella no estaba segura de eso. Oso hacía más para ayudar a los osos polares en una excursión a través del hielo de lo que ella podría hacer en un año dibujando triángulos en mapas.

“Buenas noches,” dijo Gail. No intentó abrazar ó besar a Cassie. Después de algunas primeras noches incómodas, habían dejado que eso cayera como una admisión tácita en el abismo entre ellas.

Arreglándoselas para un saludo poco entusiasta, Cassie retrocedió dentro de su dormitorio y cerró la puerta detrás de ella. Escuchó alejarse las voces de sus padres, y luego la puerta de ellos también se cerró.

Cassie se dejó caer en la cama. La luz amarillo fluorescente se reflejaba en las fotografías que su yo más joven había pegado a las paredes de cemento.

Se tumbó boca abajo para ver las imágenes reducidas de ventisqueros y cumbres de montañas.

Se inclinó hacia delante y alisó la arrugada esquina de una fotografía. Había escrito: ‘Cordillera Lomonosov 89° N.’ Lo recordaba: la feroz mezcla de bloques de hielo, la extensión del cielo, el frío abrasador.

“Oh, Oso, ¿qué estás haciendo ahora?”

Lanzó un calcetín enrollado al interruptor de luz, y rebotó. El tercer calcetín lo consiguió. En la oscuridad, extrañaba más a Oso. Sabía que no debería. Ahora estaba en casa. Tenía su vida de vuelta, además de su madre.

Entonces, ¿por qué no era feliz?
Metiéndose debajo del edredón, Cassie pensó en su vida en el castillo, en cómo no se había cansado nunca de las tardes que habían pasado en el jardín, en las noches que habían pasado jugando ajedrez (aun cuando él había ganado tres de cuatro partidos porque ella no había tenido nunca un plan de respaldo), ó en las madrugadas cuando habían bebido chocolate caliente en la oscuridad y él había inventado historias sólo para ella.

Recordó cómo se había reído él la primera vez que ella se había deslizado por la baranda, y en cómo había llorado cuando el primer osito había nacido muerto. ¿Cuántos nacimientos muertos más había tenido que enfrentar solo? Si sólo pudiera encontrar una manera de estar con él y ayudar a los osos polares.

Cassie se sentó en la cama—estaba al borde de una idea. Podía sentirlo. Oso se perdía los nacimientos porque no sabía ni dónde ni cuándo serían. Pero ella tenía acceso a las fechas precisas de cientos de osas preñadas.

Cassie quitó el edredón y se apresuró a la sala de trabajo de Owen. Trepó sobre las cajas y pedazos de motores hasta la computadora nueva.

Después de jalar fuera la cubierta protectora, presionó el botón de encendido. Caminó de ida y vuelta mientras la máquina arrancaba.

Los nacimientos no eran al azar. Ella podía predecirlos—ó por lo menos las probabilidades. Cassie se colocó en la silla del escritorio e hizo clic en los archivos de las guaridas.

“Déjame hacerlo,” dijo una voz.

Cassie saltó. Owen estaba a medio metro de su codo. ¿Cómo demonios la había escuchado desde los dormitorios en la parte de atrás?

“¿Tienes un monitor de bebés en esta cosa?”

“No tienes exactamente pies ligeros.”

Ella abandonó la silla del escritorio.

“Adelante.” Él se sentó, y ella se inclinó sobre su hombro.

“Quiero una columna adicional de los lugares de las guaridas en la hoja de cálculo.” Él insertó la columna.

“Mmm. Está bien. Ahora introduce una fórmula para sumar dos meses a cada tiempo de guarida para sacar cuentas de la etapa final del período de gestación.” Él lo hizo.

“¿Puedes imprimir una página?” preguntó ella.

“Ahí va.”

La impresora zumbó, y Cassie se cernió sobre ella. “Lento.”

“Inyección a tinta. Déjalo ser.”

“Piensas que voy a romper todos los equipos, ¿no?”

Owen se encogió de hombros.

“No soy una torpe,” dijo ella.

“Excitable,” dijo él.

Ella arrancó la página antes de que terminara de salir, borroneando la tinta. Yendo de aquí para allá, la escaneó.

“Etiqueta esa columna como ‘Predicción de Nacimientos’ y ordena los datos por fecha y lugar. Primero la fecha, por favor.”

Él hizo los arreglos y lo imprimió. Después de tomar las páginas, Cassie se sentó en un taburete. Se mordió el labio inferior mientras leía. ¿Podría funcionar esto?

Owen se aclaró la garganta. “La subvención no dijo nada sobre la predicción de nacimientos,” dijo él.

“Depende de tu padre, pero dudo que podamos cambiar la premisa básica ahora.”

“Uh.huh.” Ella apenas lo escuchaba. Las fechas se superponían en lugares dispares, pero no era imposible.

Si él tuviera una ruta que lo llevara desde la Bahia de Hudson… determinar la ruta y actualizarla sería un proyecto ambicioso, ajustando las posibilidades sobre la marcha. Se necesitaría alguien entrenado y con habilidades…

Owen esperaba una respuesta. Cassie le sonrió. “¿Puedes imprimirme algunos archivos más?”

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Cassie enrolló el bolso de dormir y el morral de supervivencia en el compartimiento inferior de la mochila. Esta vez estaba empacando los artefactos para una expedición completa, preparándose para viajes en el hielo.

Agregó paquetes congelados de comida deshidratada, copos de avena, nueces, fruta seca. Si su plan funcionaba, estaría sobre los témpanos flotantes todos los días—justo como siempre lo había deseado.


Mientras empacaba, su papá revoloteaba junto a ella. Sonrojado, su cara se veía como lava ardiente. La apuntó con el dedo. “No vas a ir. Y punto final.”
Cassie examinó su estufa MSR y testeó la bomba de combustible. No iba a pelear con él.

“No permitiré que arruines tu vida.”

“Es mi decisión.” Mantuvo la voz tranquila. No sabía cuando vería de nuevo a su papá. No quería marcharse enojada.


Él la agarró del brazo. “Cassie, sólo quiero lo mejor para ti.”

Cassie tiró fuera de su agarre. Volviéndole la espalda, empacó rápidamente con habilidad experta—los objetos pesados envueltos en ropa.

“Sé que no estoy tomando las decisiones que harías tú, pero—”

Gail se retorcía las manos, haciendo brillar el esmalte rojo de uñas. “Cassandra, no tienes que ir. Has cumplido mi promesa. Él no tiene poder sobre ti.”

Ella sacudió la cabeza. No estaba regresando por las promesas ó por la historia de la Abue ó para salvar a su madre.

“Quiero regresar a él,” dijo.

Sin decir palabra, Owen le entregó una pila de datos impresos. Ella le agradeció y los empacó. Escaneando su escritorio, encontró un tornillo para el hielo. Lo agregó en un bolsillo lateral.

“Cassie.” Papá bajó la voz. “Él ni siquiera es humano. Tú misma me dijiste que no sabes cómo se ve cuando no es un oso. No sabes lo que es.”
Ella no iba a pelear con él.


Sin decir palabra, marchó a través del laboratorio hacia el baño. Azotó la puerta detrás de ella y guardó el cepillo de dientes, desodorante y shampoo en el bolso.

“Sé perfectamente bien lo que es él,” dijo a través de la puerta.

“Él es Oso, y es mi esposo.” Revisó los gabinetes hasta que encontró una cosa más: píldoras anticonceptivas, que habían sido dejadas por una interna que trabajaba en la estación antes que Jeremi. Empacó las píldoras y cerró la cremallera del bolso.


Abriendo la puerta de golpe, agregó en voz baja, “¿Y no es todo esto un poco hipócrita viniendo de un hombre que se casó con la hija del Viento del Norte?” A él se le cayó la mandíbula, y ella lo rozó al pasar. “Owen,” llamó ella, “¿Ya tienes el resto de esos mapas?”

“Espere un momento, señorita…” papá la siguió a zancadas.

Max emergió de su dormitorio. “¿Qué está pasando? ‘¿Cassie-Lassie?”

(NT: lassie, muchacha, es un juego de palabras) Él siguió a Cassie y a papá hasta donde Gail esperaba. “¿Qué está haciendo ella?” preguntó Max.
“Arruinando su futuro,” dijo papá.

“Siguiendo mi futuro,” lo corrigió Cassie. Owen le entregó otro montón de mapas, y luego, con una rápida mirada al padre de Cassie, se retiró de la sala.

“Aquí tienes un futuro,” dijo papá. “Aquí tienes familia y amigos.

Estás renunciando a todo para estar con este ‘esposo’. Estás renunciando a la universidad. Estás renunciando a tus metas.

¿Qué pasa con tus planes de ser una rastreadora profesional? Siempre dijiste que eso era lo que querías.”

Cassie se puso el sombrero y cerró la cremallera de su parka. El sudor calentaba sus axilas.

“No debería haber esperado que lo entendieras. Después de todo, tú dejaste a tu esposa en el castillo troll”

“Maldita sea, Cassie, ¡Eso lo hice por ti! Tú ya habías nacido. ¡Tenía que mantenerte a salvo! No podía vagar hasta los confines de la Tierra. ¡Tenía que ser un padre para ti!” Golpeó el escritorio con el puño para dar énfasis. Los papeles se desparramaron y Owen se sobresaltó.


“¿Piensas que fue una elección fácil?”

No había sido una elección; había sido cobardía. ¿Por qué otro motivo le había mentido a ella todos estos años, dejando que la Abue le diga finalmente la verdad? La vergüenza era un gran motivador.

Ella sabía que él deseaba haber rescatado a Gail. Había escuchado el arrepentimiento en la voz de él, esa primera noche cuando había oído a escondidas a sus padres. Se echó la mochila al hombro.


“Lo prohíbo.” Papá bloqueó la salida.

“No sabes lo que estás haciendo.”

Cassie se giró hacia su madre. “Habla tú con él.”

“Pero yo no…,” empezó Gail.

“La historia se repite,” dijo Cassie. “Tu padre tampoco quería que tú te fueras.”

Pasmada, Gail miró a su marido.

“No es lo mismo en absoluto,” protestó papá. Pero Cassie pudo ver que su madre lo entendía. Era lo mismo.

Cassie observó el rostro de su madre mientras su padre respiraba fuerte. Cada noche, su madre se despertaba gritando, aterrada de ser encarcelada de nuevo. ¿Dejaría que su hija fuera mantenida en un lugar en contra de su voluntad? Cassie no la conocía tanto como para estar segura, pero apostaba que no.

Gail tocó el brazo de él con las uñas rojas. “Lazlo, déjala ir.”


Horrorizado, se giró hacia ella. “¿Sabes lo que estás diciendo? ¿Quieres mandar a tu única hija, a nuestra bebé, de nuevo a merced de un oso?”

Gail levantó la barbilla y no retrocedió. Max, con ojos desorbitados, miró alternativamente a los tres como si estuviera mirando un complicado partido de ping-pon. Owen se escondió detrás de la puerta de su taller.

Papá fue el primero en quebrarse. Bajando los ojos dijo, “Cassie, por favor, no hagas esto. No es seguro. No es inteligente. Te estás apresurando de nuevo. Espera un tiempo y luego decide. No te marches tan pronto.”


Gail estiró la mano hacia Cassie y luego la dejó caer. “Cassandra…Cassie…recién estoy comenzando a conocerte.”

Cassie miró a su madre. ¿Qué podía decir? ¿Qué no importaba el tiempo que pasara aquí, no sería suficiente para recomponer los años perdidos? Cassie no podía decir eso. Mejor sólo marcharse.

“Quédate con nosotros,” dijo papá.

“Nosotros somos tu familia. Este es tu hogar. Por favor, piénsalo. Piensa a lo que estás renunciando.”

Los ojos de Max estaban demasiado brillantes, y Gail tenía lágrimas en los suyos.

Al mirarlos, Cassie comenzó a parpadear rápido. Sentía los ojos calientes.

“Díganle a la Abue que lamento no haber llegado a verla.”

Salió rápidamente—antes de poder cambiar de idea, ó cambiarla para ella. El silencio la golpeó al cerrar la puerta exterior.

Inhaló profundo, y el frío le pinchó la garganta. Sintiendo el camino a lo largo del perímetro de la estación, Cassie levantó la bandera de los Estados Unidos en la cegadora oscuridad blanca de la ventisca del Ártico.


FIN DEL CAPITULO.

Traducido x Clo



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mmm ya era hora que se decidiera por el osito lindo!!!!! papacito, yo no lo hubiera dejado ni por cinco minutos....

ICE CAPITULO 10

DIEZ
Latitud 70 ° 49 '23 "N

Longitud 152 ° 29 '25 "W
Altura de 10 pies


CASSIE NO RECORDABA que la estación fuera tan fea. Ella siempre había pensado que se parecía a una sopera volteada hacia un lado, pero en lo que nunca reparo es en lo vieja que se había convertido la sopera. Sus paredes metálicas estaban salpicadas con manchas de color rojo-marrón oxidado. Las paredes del cobertizo estaban peores. Todo el complejo parecía extraño en comparación al desierto de hielo prístino. Después de tantos años de salir y entrar por aquella abollada puerta sin tan siquiera mirarla. Al mirarla ahora se sentía… extraño.

Ella se bajó de oso, pero su mano se quedó en su cuello. El giro la cabeza para mirarla con ojos conmovedores.

"Se ve diferente, eso es todo", dijo ella, en respuesta a su pregunta no formulada.
"Tu eres diferente", dijo.

"Este lugar no será tu casa nunca más."

“No seas melodramático", dijo ella, quitando la mano de su cuello.

"Esto ya es bastante difícil." Dijo ella.

"No quiero que abandonarme sea tan fácil." Él le dijo.

"Bueno, no lo es." Dijo ella.

Dejo de verle y ella volvió a mirar todo el complejo de la estación. Marcas de patinazos
Cruzaban por delante del cobertizo, ellos se dirigían detrás de la estación. Max estaba aquí.

Max. Owen. Liam. Scott. Jeremy. Papá y. . . y mamá. Ahora que ya no estaba tocando al Oso, el frío atravesó sus mejillas. Cassie cerró el cierre de su capucha.

"¿Tienes miedo?" Preguntó Oso con suavidad.

"Me siento en el infierno," dijo Cassie.

Era ridículo estar nerviosa por conocer a su propia madre. Este debería ser el mejor día de su vida.Pero sus pies no se movían. Todo lo que tenía que hacer era caminar hacia la puerta y abrirla y ahí estaría su madre.

"Puedes venir conmigo", dijo Cassie.

La nieve caía a través de la puerta en el silencio.

"Sé que tú no quieres eso," Oso dijo finalmente.

Ella asintió con su cabeza. Ella no sabía qué le había hecho decir eso.

"Alza la bandera de la estación y vendré por ti", dijo el oso.

Ya basta de pensarlo tanto, se dijo. Era el momento de hacerlo. Hecho su mochila al hombro y Cassie marcho rápidamente a través de la iluminada nieve. Al estar más cerca, escucho el zumbido del generador, un sonido cómodamente familiar, como un perro que gemía dándole la bienvenida. Ella camino más y se detuvo delante de la puerta.

Detrás de ella, escucho al Oso decir, "Te amo".

De repente, llegar hasta el interior parecía más fácil Negritaque quedarse afuera. Sin mirar al Oso, ella abrió la puerta. El olor de los cuerpos sin lavar la golpearon como una ola, ella se tambaleó hacia atrás al sentir la acidez. Armándose de valor, entró y cerró la puerta detrás de ella. Respirando muy bajo a través de su máscara, abrió la segunda puerta.Ahora ella se encontraba en casa.

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Cassie se quedó de pie frente a la segunda puerta y parpadeó, sus ojos se adaptaron a la lluvia de colores: chalecos de color naranja, parkas rojos, brillantes mochilas de color azul, cuerdas para escalar verde y morado. Poco a poco, los colores se tornaron en formas familiares, empezó a relajarse. Montones de materiales, pilas de archivos, nidos de ropa encima y alrededor de los escritorios y archiveros. . . Ella conocía bien todo este lío. Cassie se despojó de su ropa exterior. Podía escuchar voces desde el taller de Owen. Ella dejó su mochila y equipo sobre su escritorio y se acercó a la puerta que estaba entreabierta.

La escena era muy familiar: Max y Owen estaba en la mesa de trabajo. Ellos discutían sobre un pedazo de motor. Apoyándose sobre el marco de la puerta, Cassie los observo. Max y Owen. Sus dos pseudotíos.

Ella solía jugar aquí mientras ellos discutían sobre algunos trozos de metal, tal y como lo hacían ahora. Sintió una sonrisa tirar sobre sus labios.

"Linda tostadora", dijo ligeramente.

Owen dejó caer la pinza.

"Tu deberías tener más cuidado con ese equipo", dijo ella en forma de broma.

"Trátalo como si fuera un bebé."

Max se quitó sus gafas protectoras, tenía marcas de mapache debajo. "Cassie? Lassie!"

Él saltó sobre un caballete y la envolvió en sus brazos, en un abrazo de oso. ¡Max! Ella lo había echado de menos! Ella lo abrazó fuertemente.

"Mirala es, Cassie, Lassie!"

Owen le miraba con el ceño fruncido.

"Cassie?", Dijo.

"Soy yo. En carne...." Lo que ella quería decir. Es que era bueno verlos, sorprendentemente bueno. Se había concentrado tanto en sus padres que no había pensado en lo que sería ver al resto de su familia.

"Es bueno estar en casa" Ella estiro sus brazos y aspiró el olor de la casa: invierno añejo. Ella tosió.
"Cassie. . . no sabíamos si estabas viva o muerta, Lassie ", dijo Max.

"Tu madre siempre creyó que tú estabas viva", dijo Owen.

Su madre. Cassie sintió que su corazón dejo de latir por un instante. Oso había cumplido. Su madre estaba aquí. Viva y aquí. Cassie no se había dado cuenta de que hasta este momento, la duda aun había estado al acecho. Sin embargo, escucharlo de los prosaicos labios de Owen, aquí en la estación no mágica y ordinaria era extraño. . . Cuando su ritmo cardíaco se reanudo, este se sintió más fuerte, como un timbal bajo la piel, y su voz sonaba muy lejos de sus oídos.

"¿Dónde está ella?"

Max sonrió ampliamente.

"Vamos, Cassie Lassie."

Él envolvió el brazo alrededor de sus hombros y la guió para salir por la puerta.

"Quiero ver la expresión en sus rostros cuando te vean."

Cassie se dejo conducir. Ella no sentía sus pies tocar el suelo. Apenas vio por donde ella estaba caminando. Sus rostros, en plural, cuando te vean. Max la impulsó a través del laboratorio de investigación hacia la cocina. Él la libero cuando ellos entraron.
Sólo había una persona en la cocina.

Su padre estaba sentado en la mesa con su cabeza inclinada sobre su libro de notas. Había una olla detrás de él a fuego lento en la cocina. Por un largo momento, ella lo miró, sintiendo su tambor interior, incapaz de comprender lo que estaba pensando o sintiendo.

Después de pasar meses con el oso, su padre de seis pies parecía pequeño y frágil. El color gris veteado de su pelo y su cuello se hundía por debajo de la barba de hombre montaña. Ella había olvidado su color gris. Ella lo miró fijamente, tratando de igualar a este hombre de sus recuerdos. ¿Cómo es que ella alguna vez había encontrado a este hombre intimidante? Ella quería cruzar y llegar hasta él y apartar el pelo de sus ojos. Se veía tan. . . humano.

Max se aclaró la garganta, y su papá hecho un vistazo encima de sus papeles.

"Hola, papá", dijo.Parecía aturdido, como si ella hubiera caído del cielo a la cocina. Recuperándose, el salió disparado de su silla. Empujo la silla ruidosamente hacia atrás. Y con dos grandes pasos, estaba delante de ella. La aplastó en un abrazo.

"Oh, mi niña", dijo.
No la había llamado así en años. Cassie se tragó un nudo en la garganta.

"¿Dónde está mamá?" La palabra sonaba extraña en su boca.
Su rostro se dividido en una enorme sonrisa. Sin soltarla de los hombros, él la llamó.

"Gail! Gail,! Ella está en casa! "Él le apretó los hombros. "Gail!"

Cassie escucho pasos detrás de ella en el pasillo. Los pasos presurosos de su madre. Los músculos de la espalda de Cassie se tensaron. Los pasos se detuvieron en la puerta y su padre la dejó en libertad. Pero Cassie no podía darse la vuelta. Sus pies se sentían pegados al piso. Ella había soñado con esto muy a menudo durante mucho tiempo. ¿A qué le tienes miedo? ella se dijo a sí misma. Date la vuelta. No, yo no quiero.Resiste, se dijo. Maldición gira y mira alrededor.

Poco a poco, se dio la vuelta y miro el contador, los gabinetes, las paredes, Max, Owen. . . "Gail", Así llamo papá a la mujer en la puerta.

"Ella es Cassandra. Cassie, esta es tu madre. "

Ojos verdes. No había otro pensamiento coherente en Cassie durante un largo momento. Ella miró a los ojos de su madre y sintió como si su cerebro girara. Cassie tenía los ojos de su madre.

Pero el parecido terminaba ahí, en los ojos. Gail era más baja comparada con Cassie, quizá de cinco pies. Tenía el pelo negro, no rojo. En lugar de los pómulos pronunciados, ella tenía suaves mejillas de muñeca. Vestida con una blusa roja y jeans, no se parecía en nada a Cassie, excepto los ojos.

"Madre", dijo Cassie, probando.

Su madre tragó saliva y agitó las manos como si no estuviera segura de qué hacer con ellas, como si estuviera sorprendida de que ella tuviera manos.

“Me puedes llamar Gail, si eso te hace sentir más cómoda", dijo ella, con voz temblorosa.
Su madre era una extraña llamada Gail.

"Gail", dijo Cassie.

Ella nunca se imagino utilizar el nombre de pila de su madre. Cassie intentó sonreír.

"Muy gracioso. Para la hija del Viento del Norte. Gail".

Su madre brillo con una sonrisa como de un comercial de Crest (pasta dental).

"Es la abreviatura de Abigail." Dijo estúpidamente.

Cassie se preguntó en donde su madre había encontrado aquí un lápiz labial. Era tan rojo como las manzanas Red Delicious y como inapropiado para usarlo con pantalones vaqueros de algodón cincuenta por ciento más bajo.

"Oh," dijo Cassie, sin dejar de mirarla. Su madre parecía más pequeña de lo que había sido en sus ensueños.

La sonrisa se desvaneció, y Gail retorció las manos.

"¿Podría yo. . . ¿Estaría bien si te abrazo?".

"Tal vez", dijo Cassie. ¿Lo era? "Sí".

Gail dio un paso hacia ella y torpemente tendió los brazos. Cassie dio un paso hacia adelante correspondiéndole. Su madre olía a pino, como el aire salvaje. Sus brazos se sentían huesudos alrededor de la espalda de Cassie.

Cassie colocó las manos en los omóplatos de su madre. Ella estaba abrazando a una desconocida. Este cierre, Cassie podía sentir el abismo de cada año, cada minuto.

Su madre dijo suavemente, "Mi bebé. Mi pequeña niña".

Y algo dentro de Cassie se rompió. Ella lo sintió así, como un abeto que caía bajo el peso del hielo de invierno. De repente, las mejillas de Cassie estaban mojadas. El agua llenaba sus ojos y ella no podía ver. Hundió fuertemente la cara en el hombro con esencia a pino de su madre. Y los brazos de su madre comenzaron a temblar.

"Mi bebé, mi bebé." La voz de Gail se quebró. Ella estaba llorando también.

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Algo tenía que pasar después de esto. Cassie nunca había pensado que pasaría más allá del primer hola. Pero ahora el primer momento había terminado y Cassie no sabía qué decirle a esta desconocida mujer, su madre.Owen, Owen, de todas las personas el llegó a su rescate. Ella no se había dado cuenta siquiera de que él y Max aún estaban en la habitación.

"¿Cómo lo hiciste. . . ¿Cómo escapaste? ", Preguntó Owen.
Agradecida por eso, Cassie se volvió hacia él.

"No me escape. Yo solo le pedí que me trajera, y el oso me trajo a casa."

"Justo así de esa manera?", Dijo Gail, con vos sorprendida.

Cassie pensó en el Oso afuera de la estación. Le había dicho, Te amo.

"Justo así" ella mintió.

"Pero las promesas munaqsri no pueden ser rotas", comenzó a decir su madre.

"No importa," Papá la interrumpió.

"Ahora ella esta está aquí. Ella es libre."

Las promesas Munaqsri si importaban. Su madre, Gail, lo corrigió ella estaba en lo cierto. Cassie había hecho votos, promesas, a un munaqsri. Él podría haber hecho su estancia permanente si hubiera querido. Pero él había decidido dejarla ir, a pesar de que la amaba o tal vez, ella tenía la idea repentina, de porque él la amaba?

"No dejaremos que él te lleve nuevamente", dijo su padre.

"Oh, no, no es así", dijo Cassie rápidamente.

"No es así. Somos. . . amigos concluyó ella, por falta de una mejor palabra. Hasta que la época de nacimientos había iniciado, el había sido su constante compañero. Habían hablado y se habían reído y habían gastado cada segundo juntos.

"¿Amigos? Con el monstruo que te sacó de tu familia? Con el monstruo que te impidió estar con nosotros durante meses? Cassie, pensábamos que podrías estar muerta. "

Cassie se sonrojó. Ella al menos debió mandarles un mensaje. Pero nunca pensó en ello. Fue culpa suya que ellos se hubiesen preocupado.

"No es un monstruo", dijo. Él había dicho que la amaba. . . . Deja de pensar en eso. Ella estaba aquí con su madre, su madre, que estaba aquí y viva.

"Lo que hiciste…" Dijo Gail. "Fue muy valiente. Gracias."

Ella no sabía ser "valiente". A ella le había gustado el castillo. Ella había patinado en el salón de baile, diseñando nuevas esculturas para el jardín topiario, perdiendo partidas de ajedrez. Su madre la estaba esperando para hablar.

"No podía dejarte. . . ahí ", dijo Cassie. En un castillo troll. Todavía sonaba inverosímil. Gail agitó las manos, obviamente incómodo. Tenía los dedos largos y delgados, con uñas cristalinas y una piel tan suave. Estuvo durante dieciocho años con los trolls y ella no parecía estar peor o desgastada.

"¿De todos modos, que son los trolls?", Preguntó Cassie, la pregunta salió más dura de lo ella había previsto.

"Cassie, a tu madre no le gusta hablar de ello", dijo papá.

Gail negó con la cabeza. "Está bien, hazlo," ella le dijo a Cassie.

"Realmente hay trolls haya afuera, y yo en verdad estaba atrapada en su castillo."

Cassie desvió la mirada, incapaz de seguir mirando esos ojos verdes tan familiares pero a la vez desconocidos. Ella no tenía la intención de romperse así, no con ella. Papá, tal vez, había dejado a su mujer atrapada en un castillo porque le era imposible, dejar a Cassie para ir a salvarla.

"Los trolls son. . . es difícil de explicar. Es un nombre inadecuado ", dijo Gail.

"Ellos no tienen una forma, no hay cuerpos físicos. Su reina se elige entre los que pueden sostener una forma por más tiempo, pero aún así. . . "

Su voz vaciló. "Es una isla de espíritus salvajes."

"¿Cómo fue que realmente Oso te dejo en libertad?" Cassie le preguntó. Oso no se lo había dicho. Ella nunca le había preguntado. De hecho ella, había evitado todos los temas relacionados con su madre, con los trolls y los vientos. Ahora ella lamentaba no haberle preguntado todo.

Gail negó con la cabeza. "No lo sé", dijo.

"Una noche, me fui a dormir, y cuando desperté, estaba sobre el hielo y el Rey Oso polar me llevaba a casa."

El silencio cayó sobre la cocina. Era imposible no escuchar la voz de Abuelita cada vez que Cassie miraba a su madre. La hija del viento del norte, libre del castillo troll. Y así, el oso llevo a la hija del viento del norte con su marido humano. . .En la estufa, las burbujas se desbordaron de una cacerola, y la hornilla silbo.

"Se queman los frijoles!" Papá se abalanzó abruptamente sobre la cacerola.

Una mirada de alivio destellaba en su rostro, visiblemente ansioso por la distracción, Gail se alejo de Cassie y deslizó un tazón bajo el codo de su padre, para que las habas cayeran en el. Gail tomó la cacerola, y el coloco la olla en el fregadero y luego el plato a la mesa. Parecía un baile, un baile bien ensayado, que no incluía a Cassie.

De repente ella pensó en el baile con el oso en el salón y luego aparto con firmeza ese pensamiento.

"¿Dónde está la Abuela?" Cassie le preguntó.

"Ella regreso a Fairbanks?"

"Luego de un mes Yo volé, después de que tú te marcharas", dijo Max.

"Ella esperó un mes, en caso de que volvieras."

Cassie nunca tuvo la intención de preocupar también a la Abuela. Ella le debía un montón de disculpas.

"Cassie", dijo papá ", los demás no saben nada sobre. . . todo."

Ella parpadeó. "¿Cómo es que no lo saben?" dijo ella.

Max y Owen lo sabían. Por supuesto, ellos habían conocido a la madre de Cassie mucho antes, y los otros no la habían conocido tanto, pero aún así. Su madre había vuelto de entre los muertos. Sin duda, deben de haber notado algo.

"La historia fue que pensaron que ella estaba muerta", dijo Max con entusiasmo.

"Pero en realidad estaba en coma y nadie sabía quién era, y un día se despertó. Tan pronto como fue liberada del hospital, voló aquí para sorprender a tu padre. "

Cassie estaba boquiabierta. Esa era la historia más estúpida que jamás había oído.

"Ellos creyeron eso? ¿Qué telenovela plagiaste? "

Max se encogió de hombros y miró apenado.

"Decidimos que era lo mejor," dijo Papá, "para tratar de conservar la normalidad. Por el bien de tu madre. "

Antes que Cassie pudiera responder, los dos investigadores Scott y Liam cayeron en la cocina. De golpe Cassie se dio cuenta que había pasado tanto tiempo desde que ella había pensado en ellos que casi olvido que se parecían.

Scott la miro primero. Él sonrió abiertamente. "Cassie?" Él la golpeó en la espalda. "Me alegro de verte. ¿Cómo has estado? ¿Qué hay para cenar? "

Metió una cuchara en el recipiente de los frijoles y a horcajadas se sentó sobre una silla.
Liam le estrechó la mano. "Te has perdido de una gran temporada", dijo. "¿Cómo está Fairbanks?"

Lanzó una mirada a su padre. Si él les había comentado que Gail había estado en coma, que será lo que les dijo sobre lo que le ocurrió a Cassie?

"Muy bien", dijo Cassie. Papá asintió con la cabeza.

Jeremy piso con fuerza en la habitación. "El nitrógeno líquido se congelaría a esta temperatura."

Después de quitarse sus guantes, comió sus frijoles. Con la boca llena, asintió con la cabeza casualmente hacia Cassie, como si no se hubiera ido toda la temporada de migración.

“Lo sé, lo sé, todavía estoy aquí ", dijo.

"Él me debe tres meses más", dijo papá mientras le entregaba un tazón de frijoles a Cassie.
Aplastando los granos en sus dientes, Jeremy dijo, "Y entonces me marcho de esta nevera. Al hermoso y suave LA para cambiar mi concentración en las selvas del Amazonas. "
Gail bromeó, "Tu te quejarías de las quemaduras solares en Los Ángeles, y tu te derretirías en el Amazonas."

Ella le sonrió a Jeremy con una sonrisa llena de dientes. Cassie pronto sintió que su corazón se apretó. Su madre era una extraña con su hija pero no con sus amigos y hasta con ese novato, caradura, que ni siquiera era de la familia y que no podía realizar un seguimiento a un oso polar en un zoo? Cassie revolvió sus granos, sin hambre.

Jeremy movió la cuchara. "Marque bien mis palabras: que el infierno se congele. Nunca debería haber elegido una investigación en el Ártico. Pero soy lo suficientemente hombre para cambiar. "

Cassie busco algo inofensivo para comentar. "Como. . . ¿cómo están los osos?"La cara de Scott se iluminó. "Para fines específicos un centenar en veintiséis años. Y treinta y dos más que los del NPI. "

Este era el Instituto Nacional Polar que estaba a ciento cincuenta millas al oeste, cerca de la Bahía de Prudhoe y era lo más parecido a un rival de fútbol que la estación del este de Beaufort podría tener.

"No es que los estemos contando", agregó Max cuando él se sentó en su taburete y se sirvió arroz y frijoles.

"Claro que no”, dijo Cassie. "¿Tú solo volviste para visitar al personal?"

Sonriendo aún más ampliamente, Max dijo: "Tenemos una concesión. Es válida por dos años."
"En conjunto con NPI y los chicos del mar de Chukchi," dijo Liam.

"Pero Max está de regreso con el personal, y Owen obtuvo su equipo de ordenadores nuevos. Muy vistosos."

Max estaba de vuelta! Y había conseguido la concesión! Y ella se lo había perdido.

"Eso es maravilloso!", Dijo ella, con el mismo entusiasmo que pudo. En realidad, era una noticia maravillosa. Había deseado por muchos años que Max volviera. Cassie sonrió a su ex niñera.

"¿Cuál es la concesión?"

"Comportarse lo mejor posible", respondió papá.

"Las cinco naciones con osos polares están participando, pero somos los que combinamos los datos."

"Nos mantenían fuera para intervenir en las guaridas, hasta que Max regreso de nuevo con el personal. Actividades de explorador sobre el hielo con los faros. Es tu tipo de cosas, chiquilla ", dijo Scott.

"Lo siento te lo perdiste."

Jeremy visiblemente se estremeció. "Enfermizamente suicida."

"Tu no has comido", dijo papá.

"Que suerte", dijo Jeremy. "Me alegro de que esto haya terminado."

Ella se había perdido todo. Bueno, ella estaba de regreso y no se perdería otra cosa. Por el rabillo del ojo, Cassie, miro a Gail en un taburete y ella aliso la servilleta en su regazo. Ahora estoy en casa, pensó Cassie y aquí me quedare.

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De un tiro Cassie se puso en posición vertical sobre su cama. ¿Qué demonios fue eso?

"¿Oso?", Dijo ella. Una mujer estaba gritando. Le tomó varios segundos recordar dónde había estado y unos segundos más para recordar que otra mujer se encontraba en la estación.

Su madre estaba gritando.Cassie se saco fuera el cobertor y llego a la puerta de su dormitorio. Salió de la habitación hasta llegar a la de su padre. Y los gritos disminuyeron a sollozos.

"Está bien", su padre decía. "Tú estás aquí. Tú eres libre. Todo termino. Todo está bien. No te llevarán de nuevo. "

"No lo sé." La voz de su madre sonaba rota.

Cassie empujo la puerta. "¿Mamá?, ¿Gail?" Ella se detuvo en la puerta.

Su madre estaba acurrucada contra su papá y lloraba en su hombro.Papá levantó la cabeza, y su expresión fue tan cruda que Cassie tuvo que apartar la mirada.

"Una pesadilla", dijo a Cassie.

"Ella va a estar bien. Vuelve a la cama. "

Cassie dio un paso hacia la puerta. Ella quería retirarse. Ella no sabía qué hacer con su madre llorando de esa manera y su padre se miraba así. . . tan afectado, tan impotente. Cada pliegue de su cara era una profunda sombra. Sus ojos parecían manchas de agujeros.

"¿Estás seguro?", Preguntó ella.

"Si", dijo. El presiono su rostro contra el cabello de su madre y ella sabía que él y ella desean que se fuera. Cassie se retiró de la puerta y la cerró detrás de ella. Ella vaciló en el pasillo. Podía escuchar la voz de su padre claramente a través de la puerta.

"El mismo sueño?", Dijo.Cassie no podía oír la respuesta.

"La culpa es mía", dijo él. "Te he fallado. Yo debería haberte salvado. La culpa es mía. Ódiame. Pero no tengas miedo. Tú no tienes que temer. Se acabo. Es todo. “Ahora tu estas en casa.”


Fin del Capitulo


Traducido x Rania

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Ay... esta Cassie está Loca, miren que criticar el atuendo de su madre….ni que fueran Fashionistas los Trolls, jejejejeje!

Nenas mil disculpas por la tardanza, es que tengo a mi nena enfermita y no me da ni una para que pueda hacer nada…U.U.

Espero que Clo les cuelgue más tarde el capitulo 11.

Bss. Nenas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

ICE CAPITULO 9

NUEVE
Latitud 91 ° 00 '00 "N
Longitud indeterminada
Altura de 15 pies.

DURANTE LOS OSCUROS DIAS DE INVIERNO, el oso "patrullo" el hielo, esperando a sentir el llamada de un parto, mientras que Cassie esperaba sola en el castillo y se puso cada vez más y más inquieta. En ausencia de Oso, ella merodeaba por los jardines de toparios bajo el cielo permanentemente iluminado por estrellas.
Los búhos tallados la miraban con sus vidriosos ojos y estos reflejaban un millar de estrellas. Todo era tan silencioso como un museo. Ella podía oír el crujido del hielo bajo sus botas mukluks. Sonaban como petardos.
Tenía un gran impulso de correr por los jardines con los brazos extendidos, para ir destrozando todos los árboles en su camino, pero no lo hizo. En cambio, sus pies la llevaron por el laberinto de setos translúcido en el centro del jardín. Los rosales rodeaban una escultura única, la más nueva.

Era ella: su pelo largo, sus altos pómulos, la forma osea de sus codos, su estatura. Era el corazón del jardín, Oso se lo había dicho después de que él mismo había terminado de tallar.

Estudió la estatua. El pelo de hielo parecía volar por el viento. Piezas vagamente encurvadas hacia arriba, y otras trenzadas. Era una imagen perfecta, hasta las cortas pestañas de sus ojos y las uñas cortas en las manos. Era su gemela que sonreia mirando hacia arriba, como si estuviera riéndose de las torres del castillo o del cielo ahogado de estrellas.

¿Qué estoy haciendo aquí? Cassie se preguntó. Yo debería estar sobre una moto de nieve, no en un pedestal.

¿Quién rastreaba ahora a los osos? ¿Papá? Owen? Scott seguro llevaria los datos sobre el número de cachorros que estaban naciendo. Jeremy probablemente ahora se estaría volviendo loco.

¿Y en cuanto a su madre? Cassie no podía imaginar lo que estaba haciendo. Todo lo que podía imaginar era la imagen de su madre gracias a las fotos que había visto, pero su memoria aún carecía de detalles, tales como el color de sus ojos.

Cassie rompió un perfecto tallo. El hielo cayó en sus manos. Se distrajo haciendolo girar. Los pétalos captaron la luz de la luna y el arco iris. La pequeña luna brillaba en sus curvas. Ella puso una rosa detrás de la oreja.

Ella nunca quiso decir que esto sería permanente. Se suponía que debía ser una investigadora del Ártico, no la Reina del oso polar. ¿Qué había pasado con todos sus planes? ¿Acaso ya no se preocuparía más por ellos? ¿No se preocuparía por su madre? O su padre? O la Abuela? O Max y Owen? ¿Cuándo había dejado de pensar en ellos?.
Cassie se volteo y se abrió paso entre los arbustos. El hielo tintineaba como un millar de campanas. Se detuvo frente a un manzano de hielo. Se agarro de las ramas y se trepó al árbol. El hielo crujió por su peso, y la rosa se cayó de su oreja haciéndose añicos.

Desde la cima, ella podía ver en el Ártico. La luna baila sobre los translúcidos bordes . El viento agita la nieve. Miro cómo los flujos se formaban y se disipaban en lo profundo de la polar noche azul.

La silueta, de oso se acercaba al borde de las crestas. Era majestuoso sobre el hielo. Ella lo vio tomar grandes pasos a través de los témpanos. Su pelo ondulaba en la luz de la luna. Casi brillaba.

El galopaba hacia el castillo y desapareció en el interior. Finalmente, el estaba en casa. Ella se balanceo hacia abajo del árbol y aterrizo con un crujido sobre el hielo.

Ella lo siguió hasta la sala de banquetes. Él la esperaba en la mesa. Las fusión de la helada goteaban de su pelo.

Cassie se dejó caer en su trono. "¿Que noticias hay en el hielo?"

"Solo es hielo", dijo solemnemente.

Cassie tomó una manzana congelada y dijo: "Hizo un día perfecto aquí". Arrojó la manzana al aire y luego la atrapó.

"Pero entonces, siempre lo es." Dijo él.

Ella la lanzo más alto y luego la atrapo nuevamente.

"Lunes: Perfecto"
Ella tiró de nuevo la manzana al aire.
"Martes: Perfecto", tira de nuevo,
"Miércoles: Perfecto"
"Jueves perfecto." Y la vuelve atrapar.
"Viernes. ¿Qué día es hoy? "

"No hago un seguimiento de los días humanos." Él ladeó la cabeza hacia ella.

"¿Estás bien?" le dijo.

Ella arrojó la manzana de nuevo en su recipiente.
"Perfecta".

"No eres feliz", dijo él.

"Sí, lo soy", dijo irritada.

Ella era la reina del hielo. Ella era la esposa del Oso Polar. Por supuesto que era absolutamente muy feliz, vagando sola por un castillo de hielo cada oscuro día.

Tal vez si podía convencer a Oso de llevarla con él. . . Pero ya ellos habían tenido esa discusión. Solo, podía viajar en forma invisible.

Con ella, el corría el riesgo de tener que detenerse. Y además, no tenía nada que hacer en hielo que fuera diferente a lo que hacia aquí. No podía ayudarlo a ser un munaqsri.

“Cassie, háblame."

"No sé de que color son los ojos de mi madre", dijo.

"Verdes", dijo él. "Al igual que los tuyos."

"Son mejores." Le dijo ella desafiándolo. Él solo, gruñó a la mesa.
De la mesa salió un tallo que se transformó en un vaso lleno de vino tinto. Luego salió un plato y el vapor se elevo hasta continuar creciendo. Era su plato favorito: pollo bañado en una salsa de vino blanco.
Ella lo revolvió con el tenedor. Él la trataba como una reina. ¿Cómo podría pensar en marcharse?

La idea hizo que ella hiciera una pausa. ¿Estaba pensando en dejarlo? En verdad abandonarlo y no volver nunca más. No ver más a Oso, no ser mas su Reina polar?
Oso hizo aparecer un cadáver de foca y un panecillo para él. Domino el cadáver con su pata y lo rasgo hacia arriba con sus dientes.

Ella no quería marcharse. Ella no quería dejar de verlo para siempre. Pero, ¿Quería ella quedarse? ¿Qué hay de su vida en la estación? ¿Por qué ella no podía tener ambas cosas?

"Yo podría hacer una investigación", ella ofreció.

Oso levantó la cabeza. Su hocico estaba lleno con manchas rojo brillante de la sangre de la foca. Parecía un niño manchado con lápiz de labios.

"No puedes", dijo él.

Ella frunció el ceño a causa de las manchas color rojo.

"¿No puedes comer sin embarrarte?"

"Tengo una cabeza grande."

"Eres un holgazán."

"Todos los osos polares comen de esta manera."

"Tu haces que pierda el apetito."

El agarro la servilleta de lino y ella miro hacia otro lado.

"Lo siento", dijo con tono arrepentido. Se limpió la sangre de la barbilla y luego volvió a su asiento.

Luego cortó la grasa delicadamente con sus incisivos. Quito el goteo de sangre en el suelo antes de seguir engullendo toda la grasa.

"Mejor", dijo Cassie.

"Tu sabes, si yo tuviera trabajo que hacer, no me obsesionara con tus modales en la mesa. Hay un montón de temas de investigación por ahí. Tú podrías decirme cómo los osos polares navegan con tanta eficacia en el hielo o podría tener la última palabra sobre si los osos polares se están convirtiendo en mamíferos marinos".

Ella podría ser una empleada de tiempo sabático en la estación. Ella ya había planeado hacer sus estudios universitarios a distancia.

Suavemente, oso dijo: "No puedes ser un científico humano aquí. Nadie te creería. ¿Qué les dirías? ¿Que tu fuente es un oso que habla? ¿Que vives en un castillo de hielo y que no sientes frío?"

Cassie revolvía la salsa. Mientras miraba la piscina de sangre de foca sobre el hielo y comenzó a pensar acerca de su futuro. Su trayectoria siempre le había parecido tan segura. Pero ella lo había abandonado todo por estar aquí y ni siquiera se había dado cuenta.
No es de extrañar que se sintiera tan inquieta. Había abandonado su futuro y lo había sustituido ¿por qué? ¿Cenas gourmet y lindas esculturas? Ella no tenía ningún objetivo aquí.

La mesa absorbió la sangre y el rojo se desvaneció como si abajo hubiera un desagüe. Mirando a su plato de pollo dijo:

"¿Alguna vez has visto un oso polar dentro de una jaula?", Ella preguntó.

"Ellos dan pasos. De adelante hacia atrás. Durante todo el día: una y otra vez. Esto hace un surco en el suelo. No se detienen a comer. No se detienen a dormir. Simplemente dan pasos hasta que se consumen y mueren".

"¿No eres feliz?"

Incapaz de contestar a eso, ella lo miró. "Yo quiero ir a casa", dijo.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
No le llevó mucho tiempo prepararse para marcharse. Oso la observaba desde la puerta del dormitorio mientras ella empacaba sus pertenencias. Todo estaba en silencio a su alrededor.

No había viento, ni el crujido del hielo, nada de nada. Se sentía como si el castillo contuviera el aliento.

"¿Piensa regresar?" Oso preguntó.

"No lo sé", dijo. No podía mirarlo.

"¿Cómo es que no lo sabes?" el dijo.

"Simplemente no lo sé."

Lo único que ella sabía era que la idea de quedarse ahí, la hacía sentirse miserable y la idea de marcharse también la hacía tan miserable.

"Así que tengo que esperar como un buen perrito mientras tú decides nuestro futuro?"

Cassie no podía responder a eso. En cambio, se concentró en ponerse su abrigo Gore-Tex y las franelas por encima de su ropa. Ella se dirigía de vuelta a un mundo donde tenía necesidad de todas estas capas.
Ella se acordaba a sí misma, de ocho años, siendo vestida por su padre, envuelta en gruesa y suave lana. Era tanta la ropa que no podía bajar los brazos.

Al regresar a la estación,vería nuevamente a su padre. Trató de imaginarse aquella conversación. ¿Cómo iba a explicarle por qué no había regresado antes?
Oso gruñó, bajo en su garganta, haciendo hormiguear el pelo en la parte posterior de su cuello.

"He sido un tonto", dijo.

"Yo creí que te preocupabas por mí."

Cassie frunció el ceño mientras subía la cremallera de su anorak.

"Esto no tiene nada que ver contigo. Soy yo. "

Él era. . . dulce. Y divertido. Pero esto no era por él. Se trataba de ella, de lo que ella quería ser, lo que ella quería para su vida en un futuro.

"Por supuesto que tiene que ver" conmigo ", el dijo.

"Es mi vida de la que hablas."

"Y mi vida” ella señalo.

"¿Quieres que sacrifique mi carrera, amigos, familia, una madre que nunca he conocido."

Por supuesto, después de las primeras semanas de haber nacido, ella había perdido a su madre. Ella no había echado de menos a su madre en absoluto, sin piedad empujó a un lado ese pensamiento.

"No puedo hacer esto." Dijo ella.

Había trabajado tan duro por las noches estudiando para los exámenes sorpresa de papá y las largas caminatas persiguiendo a los osos, el equipo de limpieza los fines de semana, todo esto para que ella un día ganara una posición, un futuro que ella acababa de desaprovechar para hacer qué? ¿Para ser la compañera de un Oso?.
Jugando en el jardín topario? ¿Danzando en un salón de baile? Eso no era suficiente.

"Tu no perteneces más ahí", dijo él.
"Es tu pasado. No puedes volver atrás. Ahora este es tu hogar."

Cassie negó con la cabeza. Esta no era su casa, era el castillo del oso. Sus ojos recorrieron el hielo y se levantó de la cama, miro el armario de aves marinas, las brillantes paredes y la puerta de oro. Ella ahora conocía muy bien cada rizo de hielo, cada reflejo del arco iris.

Ella amaba el brillo resplandeciente del hielo, el suave viento de afuera y todos los recuerdos que ahora tenía de todo lo que aquí había. Pero no era su casa, se dijo con firmeza. Tenía que recordar eso. Su hogar estaba en la estación.

"Tu me perteneces", dijo él. "Nosotros somos uno."

"No, no lo somos. Afuera tú eres un munaqsrir y yo soy. . ."

Ella se sentía como. . . como una mascota, que se quedaba en casa hasta que el tuviera tiempo libre para jugar con ella.

"¿Debo dejar que los osos polares nazcan muertos? ¿Eso es lo que quieres que haga? Que sus almas vayan a la deriva más allá de los confines de la tierra?. Tengo responsabilidades. Tú sabes bien lo que hago."

“Ya lo sé!". Ella dijo.

Esto era bastante difícil, y él lo ponía peor. Se acordó cómo había llegado hasta aquí. Siendo chantajeada con un acuerdo que no había sido capaz de rechazar.

Pero eso no era justo. El acuerdo para salvar a su madre había sido su propia idea.
Y después de eso, Cassie había decidido quedarse. Al menos, ella había creido que había tenido una elección.

Ella le creyó cuando él le dijo que no era una prisionera. ¿Qué pasaría si. . . El no la obligaría a quedarse. Él no era así.

"Si realmente te preocupabas por mí, debes dejarme ir." Dijo ella.
Se apartó de ella y le dijo: "Vete".

Ella soltó un suspiro que no se había dado cuenta que lo había estado conteniendo desde hace un rato.
Y el añadió.

"Me quedaré aquí al ritmo de un oso encerrado en un zoológico hasta que vuelvas a mí."

Cassie se sentó fuertemente en la cama, ira y frustración salían de ella.

"No fue mi intención. . ."

¿No quería decir qué...? No queria marcharse, Pero ella tenía la intención de irse. Desde el principio, tenía la intención de irse. Ella no había querido hacerle daño. Y tampoco quería preocuparse sobre si a él esto le causaba daño.

El Oso suspiró. "Si tu lo deseas, te llevaré a casa".

Fin del capitulo

Traducido x Rania.
"Q mal nenas la verdad entiendo a Cassie, es q el osito bien lindo sale a trabajar y la quiere todo el dia en casa...Y para variar la trata como "REINA".
Puff! q complicado... Image and video hosting by TinyPic

jueves, 16 de septiembre de 2010

Nevermore por Kelly Creagh en Español "Nunca Mas"

✿Hola Nenas Belivov✿

Siempre haciendo una pausa en mis traducciones aca les dejo otra buena recomendacion. Nevermore por Kelly Creagh en español "Nunca Mas", Una Osuro y enigmatica lectura que me recuerda mucho a Beautiful creatures...Solo que a la inversa!



•·.·•✿Sinopsis✿•·.·•

La animadora Isabel Lanley se horroriza cuando ella es emparejada con Varen Nethers para un proyecto de inglés, que es previsto injustamente el día del partido contra el equipo rival.

El frio y distante Varen, con una irónica y aguda lengua, deja en claro tambien prefería no tener nada que ver con ella.

Pero cuando Isabel descubre la extraña escritura en su diario, ella no puede dejar ver a este enigmático chico de ojos penetrantes. Pronto, Isabel se encuentra a sí misma poniendo excusas para estar con Varen. Constantemente se aleja de sus amigos y su posesivo novio, Isabel se aventura cada vez más en el mundo de los sueños que Varen ha creado a través de las páginas de su cuaderno de notas, un reino donde las historias terroríficas de Edgar Allan Poe cobran vida. A medida que su mundo comienza a desentrañarse en torno a ella, Isabel descubre que los sueños, como las palabras, tienen más poder del que ella nunca imaginó y que la realidad es más temible en la mente.

Ahora ella debe encontrar una manera de llegar Varen antes de que él sea consumido por las sombras de sus propias pesadillas. Su vida depende de ello.

•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•

Como siempre extendiendo la informacion para ustedes ^^

Bueno "Nunca mas" como dije es una historia Oscura y muy intensa, el personaje de Isabel, fue el molde perfecto de la protagonista ideal. Con una buena apariencia, popularidad y un buen corazon, es una chica que aparte nunca apoya la devilidad. Al inicio esta saliendo con "Brad" El tipico atleta de futbol. Pero al conocer a Varen su mundo cambia porque el es todo lo contrario. Oscuro con un aspecto gótico, francamente deseable y atractivo. Entre ellos hay una energeia con la cual Kelly la escritora, logro un magnifico trabajo, porque logra que las lectoras se pierdan en las emociones de Isabel. Dice que cuando Isabel anhela a Varen para ella, lograra contagiarnos y que lo querremos paranosotras...Sera???...Bueno eso decian las reseñas de algunos blogs en USA.

Pero eso no es todo, Varen llega con todo un paquete de pesadillas que consumian su vida. En esta historia hay muchas personas no estan de acuerdo en que ellos estan hechos el uno para el otro.

Sin duda esta libro nos dejara deseando mas de Isabel y Varen. Y tambien con un gran vacio por la espera de mas.

A la venta el 31 de Agosto del 2010.

ICE CAPITULO 8

OCHO

Latitud 91 ° 00 '00 "N

Longitud indeterminada

Altura de 15 pies


UNA SEMANA se convirtió en dos y luego tres y luego cuatro y así sucesivamente. Cuanto más pasaban los días, se hacía más y más fácil para Cassie a encontrar excusas para retrasar su regreso a la estación y enfrentar a lo que sea (más bien, a quien sea) que estuviera ahí.

Ella no había perdonado a papá por la forma tan torpe de sacarla para ir a Fairbanks, o por la forma en que le había mentido durante toda su vida a ella. En cuanto a su madre. . . Cassie quería verla, pero cada mañana, se despertaba y decía: "Sólo un día más, y luego me iré a casa." Y cada noche, se fue a la cama sola y soñaba con los osos y el hielo.

Mientras más semanas pasaban, ella dejo de pensar en su casa. Una tarde, cuando habían terminado de tallar rosas de hielo en los pilares del salón de baile, se quedaron en el centro del piso para admirar su obra.

"¿Por qué este castillo tiene un salón de baile?" Le preguntó.

"¿Alguna vez el Rey Oso lo uso como cuarto de pelotas? ¿Hubo acaso un vals para las morsas? Repite esto diez veces más rápido. Vals de las morsas. . . "

A su lado, Oso se elevó sobre sus patas traseras. De pie, estaba vagamente humanoide, si uno ignora que él media trece metros de altura. Le tendió la pata.

"¿Me concede este baile?"

Cassie le sonrió. “Encantada, Su Alteza Real ursinos."

Puso su mano en la suya. Su mano era minúscula en comparación a su norme pata.

"No vayas a caer sobre mí", le ordenó. Ella solo pudo llegar hasta sus hombros por lo que se conformó con poner la otra mano en el antebrazo. Sus dedos se hundieron profundamente en la piel de color blanco cremoso.

Con mucho cuidado él, la guió a través del salón de baile. Su pata cubría la mitad de su espalda. Bailaron en silencio. Al otro lado del jardín topario, la luz del sol de un color ámbar profundo llenó el horizonte. Propagándose de un cálido color naranja a través del hielo. Esto era. . . La unica palabra que se le vino a la mente fue "romántico". Él la hizo girar y sentía vértigos mirando su piel. Se dio cuenta que era muy feliz aquí. Mientras pensaba en eso, ella sintió como si estuviera en el borde de un acantilado frente al mar.

"Necesitamos música", dijo ella, tratando de romper el momento.

"Yo podría cantar para ti." El dijo.

"¿Tu cantas?"

"No," dijo.

Ella sonrió abiertamente. Él la movió nuevamente de adelante hacia atrás. Soy muy feliz aquí, gracias a Oso, pensó. Miro de reojo la vislumbra de la luz dorada, y una lágrima se resbalo de su ojo. Se puso rígida.

"Es por el sol", dijo ella rápidamente para explicar su lagrima.

"Es el último rayo de luz", dijo el oso.

Sorprendida, ella tropezó con sus pies. Él la estabilizó. ¿Cómo podía haberse quedado aquí durante tanto tiempo? ¿Qué seria lo que papá pensaba sobre que le sucedido a ella? ¿Y su abuela? .Y su madre. Ella negó con la cabeza. No quería pensar en su madre en este momento, no durante el final de la luz. Ella siempre amó la última visión de los rayos del sol antes de la larga noche polar.

"Ven conmigo", dijo el oso.

Se dejó caer a cuatro patas y trotó hacia fuera del salón de baile.

"¿No quieres mirar?" le dijo.

"¿No quieres ver mejor?” Gritó de nuevo.

Sonriendo, Cassie fue tras él. Ella sólo había estado en las torres un par de veces. A Oso no le gustaba la estrecha escalera. Uno de sus predecesores la había diseñado para seres humanos y el comento que esto lo ponía en aprietos, porque caminaba como pato sobre ella.

Ella le había hecho bromas sobre eso durante días, pero ahora ella no se burlaba de él. Hoy en día se sentía diferente de algún modo. Tal vez era por la pérdida de luz. Tal vez fue por el baile.

Oso estaba apretado en el hueco de la escalera de caracol mientras subía. Surgiendo en un balcón, Cassie se acercó al delicado pasamanos.

"Cuidado", dijo el oso.

Ella no le hizo caso y se inclinó sobre la baranda de hielo.

"Mira eso", suspiró ella.

El Ártico se extendía ante ella. Oro y plata, parecían riquezas. El inmenso cielo azul, brillaba. Rayas de nubes color rosa se desvanecían en el profundo azul, manchando el hielo azul.

"No te voltees," dijo él, era una voz humana, más suave y más fina.

Ella pudo haberla escuchado una tan sola vez, pero ella la reconoció al instante. Su espalda se enderezó, por una sensación de hormigueo. El puso sus brazos alrededor de su cintura. Se sentía perfectamente natural poner sus manos sobre la suya. Ella lo hizo sin siquiera pensar en ello.

Ambos estaban frente al horizonte, vieron la última gota de oro fundido en el azul y luego él la soltó.

Cuando se dio la vuelta, el era nuevamente un oso.

"Oso. . ." Empezó a decir. Su espalda se sentía frío ahora. El viento hizo volar su cabello hacia su cara. Ella lo quito de sus ojos.

"Espero con impaciencia el mañana", dijo él. Era la misma frase que dijo que cada noche decía antes de dejarla.

¿Dónde dormía? Ella nunca se lo había preguntado. Tal vez sobre el hielo o afuera en el jardín o en una de las otras brillantes habitaciones. Una vez él le había dicho que ella dormía en la que era su habitación.

"Quédate conmigo", dijo ella.

Él la miró. Y Cassie vio el cielo crepuscular reflejado en sus ojos negros de oso. Ella sintió su rostro ruborizarse. Esta noche era. . . diferente. Ella no quería que terminara. Eso era todo.

"Quiero decir, tu no tienes que marcharte", dijo ella.

"Está bien. Confío en ti. Puedes dormir en tu habitación de nuevo."

Ella agregó rápidamente," Sólo dormir. "

Él la miró en silencio por un momento más considerándolo. Ella pasó de un pie al otro y lamento no haberse tragado sus palabras y tirarlas al aire. Tal vez debería haberlo pensado primero antes de haber hecho la oferta. Esto cambiaria las cosas, si él se quedaba. Ella instintivamente lo sabía, pero ella aparto el pensamiento de cómo cambiarían ellos.

"Como tu desees", dijo él.

Él esperó para mostrarle el camino. Ella pasó junto a él mientras salía al balcón, y ella puso su mano sobre su espalda, entrelazando los dedos en su piel.

Ella había tocado como mil veces su piel, pero esta vez ella retiró su mano. No sólo era un oso. Ella se acordó de sus brazos humanos alrededor de su cintura y su aliento sobre su cuello.

Esta era la primera vez desde aquella primera noche que el apareció como humano.
Fuera de la habitación, ella le hizo esperar en el pasillo mientras se quitaba sus franelas y luego se puso el camisón de seda que había encontrado en su primera noche en el castillo.

Se dijo así misma que sólo se estaba comportando amable. La camisa de dormir había sido un regalo. Se subió en la cama.

-Muy bien. Ya estoy decente."

El oso polar entro suavemente la habitación.

Cassie metió las sabanas alrededor de su cuerpo mientras se acercaba a la mesita de noche. Ella todavía podría cambiar de parecer, ella lo sabía. Si ella le pedía que se fuera, el lo haría. Pero porque sentirse. . . cobarde. Este era Oso, después de todo. Y ella sólo lo invitó aquí como un amigo. Los amigos podían compartir una cama.

Ella lamentaba que su franela no fuera más ajustada.

Sopló la vela. Parpadeó y murió con el olor a humo de la cera. Ahora la habitación estaba tan espesamente oscura. El oso (ahora era en forma humana, supuso por el hundimiento del colchón) subió a la cama a su lado. Recordó la última vez el se había metido en la cama con ella, pidiéndole tranquilamente su noche de bodas.

"Tócame y sacare un hacha", dijo ella.

Ella lo oyó suspirar. "Yo nunca te haría daño, no intencionalmente, jamás. Tu ya deberías saberlo".

"No soy tan buena como una foca." Dijo ella.

"Tu no tienes suficiente grasa," él estuvo de acuerdo en eso.

Ella sintió que el colchón cambio mientras él se acomodaba en sus almohadas.

El se aparto dándole la espalda, yacía tan rígido como el hielo.

"No ronques." Dijo ella.

"Tus deseos son mis órdenes". Dijo

Ella soltó un suspiro. "Genial".

"Buenas noches, Cassie.

"Buenas noches".

Agarrando las sábanas hasta la barbilla, le escucho respirar. Sonaba como una onda suave. Poco a poco, su respiración fue más lenta. ¿Podría el ir a dormir? Ella lo pincho.

"¿Estas despierto?"

"Lo estoy ahora."

El se dio vuelta ella sintió el colchón inclinarse, hacia él. Ella adivino que estaba frente a ella. Su piel se sentía súper consiente. Por lo menos un oso polar de trece pies no lo hacía un hombre de trece pies, se dijo. Él era, como máximo, dos metros de altura.

"Háblame", dijo ella. "Cuéntame un cuento".

"Como tu desees", dijo. "Erase una vez, hubo un pequeño canguro. . . "

Ella sonrió. "Un Wallaby?" (Una especie de canguro de estatura mediana)

"Sí, un wallaby. Y este wallaby vivió. . . "

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Ella se sofocaba en las sabanas. Cassie dio de patadas. Su pie se puso en contacto con algo sólido. Ella oyó un gruñido. Con la vista nublada, parpadeó despierta. Las paredes no gruñen.

"Oso, ¿eres tú?"

"Mmm".

Ella dio más patadas con dificultad.

"¡Ay!"

Esto le serviría. El estaba durmiendo en el centro de la cama. Ella dio un tirón de las sabanas y se acurrucó con ellas sobre las almohadas.

"Ladrón", dijo él. Tirando de las sábanas.

Ella le gruñó.

"Estaba roncando", él le preguntó.

"Tu no roncas," le dijo. Era una verdadera ventaja.

"Tu lo haces", dijo el.

"Es como el ronroneo de un gato."

Pateó las sabanas apartándolas. "Demasiado calor," dijo.

"¿Ya es de mañana?" Busco por la cama, hasta encontrar su linterna. Ella la encendió. Y vio una ráfaga repentina de sabanas. Oso salió de la cama en una maraña de blanco.

"Apaga la luz!", Dijo el. Cassie señaló la linterna sobre la blanca mesa.

"Hey, soy yo la que odia las mañanas", dijo ella a la ligera, pero Oso continuó ocultándose.

"¿Oso? ¿Qué tiene de malo?"

"Tu no debes verme."

Ella se dio cuenta que nunca lo había visto. Las dos veces que se había transformado, la primera noche y junto al balcón ella no le miro.

Con la linterna, Cassie se subió encima de la cama. Y el se enterró con las sabanas en el suelo. Ni una pulgada de la piel era visible.

"Vamos”, dijo ella.

"Te prometo que no me reiré".

"Tu no debes!" Cuando se puso de pie parecía algo borroso, con falta de definición bajo las sabanas. Parecía que llevaba un disfraz muy malo de fantasma. El golpeo la linterna de sus manos. Esta rodó debajo de la cama.

"Nunca debes mirar mi rostro humano", dijo. "Prométeme que no lo intentaras."

"¿Por qué no?" dijo ella.

"Prométemelo".

Su voz sonaba grave, incluso desesperada. Nunca antes había oído su voz asi.

"Tu seguramente tienes tus caprichos", dijo Cassie a la ligera.

"Convertirse en oso gigante no es suficiente?" Él no se rió.

Ose le rogó nuevamente: "Por favor mi amada. Si tú te preocupas por mí en absoluto, no me veas."

Él no la había llamado "su amada", desde aquel el día en que la había conocido. Se colgó de la cama y recupero la linterna. Ella la apagó, y la habitación nuevamente quedo a oscuras.

"¿Feliz ahora?", Dijo ella, pero su voz temblaba. Sus suplicas la ponían nerviosa. Se sentía como si hubiera violado algún sagrado tabú.

Ella no había querido hacerle ningún daño. Todo lo que había querido hacer era mirarlo. El Oso no dijo nada. Ella esperó un segundo más.

"Oso, ¿Estás bien?"

"Tengo que irme", dijo.

El no podía estar enojado. "Yo no quise hacerlo. . .“ Empezó a decir.

"Hay un nacimiento de oso", dijo. "Soy necesario".

"¿Ahora?" No era época de nacimientos todavía. El cachorro era prematuro.

"Tú lo. . . sientes?"

Él le había dicho acerca de esto una vez, ¿cómo munaqsri podía sentir un parto inminente o la muerte. También, había dicho, que podían convocar a los demás, pero ella nunca había visto hacerlo.

"¿Puedo ir contigo?"

"Es un deber para un munaqsri".

Ella sintió una ráfaga de aire, y entonces oyó la puerta abrirse. Ella lo llamó,

"¿Nos vemos en el desayuno?"

La puerta se cerró de golpe. Ella abrazó sus hombros cuando la habitación se enfrió.



•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿•·.·•✿

En algún momento de la siguiente noche, Oso se deslizó en la cama.

Automáticamente, Cassie se enrosco contra su calor. Ella no pensó en lo natural que se sentía al hacerlo. Ella murmuró: "Hola."


El no dijo nada, pero hundió su cara en su pelo.

ella desperto, recordó que estaba molesta con él.


Él la había dejado sola. Su día entero había sido puesto de arriba abajo. Ella había recurrido a comer frutas secas y nueces de un paquete. Ella no podía hacer la mesa sin él. Peor aún, la había pasado aburrido por primera vez aquí. Esto le recordó las tormentas de nieve en la estación: nada que hacer, a dónde ir.


Su respiración sonaba desigual, ahogada. Ella frunció el ceño y llegó a tocar su rostro.

"¿Estás bien?", Preguntó.

"¿Estas enfermo?"


Su mejilla estaba húmeda bajo sus dedos. Aparto su mano hacia atrás como si se hubiera quemado.

"Oso, ¿Pasa algo malo?"


"Llegué tarde", dijo. Su voz temblaba.

"Era el momento. Yo llegue demasiado tarde." dijo él.


"¿Qué quieres decir con demasiado tarde?"

Ella deseaba poder verlo. Ella miró fijamente en la oscuridad como si pudiera atravesarla.

"¿Qué pasó?"


"Debería haber estado patrullando en el hielo. Si yo hubiera estado cerca, yo podría haberle dado a aquel pequeño un alma a tiempo. Si yo hubiera estado una hora antes, todo habría estad bien.”

"Yo estaba a kilómetros de ahí. "


"¿Tarde?" Ella trataba de entender. ¿El había perdido el nacimiento?


"El cachorro nació muerto", dijo él. "Si no hay alma, no hay vida."


Ella podía escuchar lágrimas en su voz. ¿Quería el que ella lo consolara? Vacilando un poco, ella puso sus brazos alrededor de él.

"Todo está bien", dijo. "Yo estoy aquí." Ella lo abrazó.


Fin del capitulo

Traducido x Rania.



Nenas, no se ustedes pero me encanta este tierno Osito de peluche….Y no me molestaría ser su querida. (Ni q c meta en mi cama….) Image and video hosting by TinyPic




martes, 14 de septiembre de 2010

ICE CAPITULO 6 Y 7

SEIS
Latitud 91 ° 00 '00 "N

Longitud indeterminada

Altura de 15 pies


CASSIE SE DESPERTO DE GOLPE." Estúpidos calentadores", murmuró. Apostaba a que Owen estaba jugando en su desgastada computadora en lugar de estar fijándo los calentadores.

"Owen”, Ella le llamo. Echó un brazo atrás y golpeó la pared. Se sentía suave y fría, y se sacudió en estado de alerta. Ella recordó que no estaba en la estación y Owen no podía oírla.
Ella rápidamente se puso en posición vertical y buscó a tientas su linterna. La había dejado en la mesita de noche después de desalojar a su inoportuno visitante. Su corazón latía con tanta fuerza que le temblaban las manos mientras encendía la linterna.

Cassie barrió el rayo luz por la habitación. La luz bailaba sobre el hielo. Las aves marinas talladas brillaban sobre el armario, como si las aves se hubieran congelado en pleno vuelo.

Ella había usado el armario para bloquear la puerta. Había trabajado en ello para estar a salvo sola entre esa belleza de cristal.

Ella exhalo, dejo caer sus hombros y su corazón, finalmente redujo la velocidad.

¿Cómo podía nuevamente haberse quedado dormida? Afuera de este cuarto estaba el hombre que había querido una "NOCHE DE BODAS". Y afuera de este cuarto también estaba el oso polar con quien se había casado. Afuera de este castillo estaba su madre. Cassie no sabía cuál de aquellos tres era más aterrador.

Pero yo no voy a quedarme aquí, pensó. Ella nunca se había escondido de nadie y no lo haría ahora.

Apoyando su espalda contra el armario, echó su peso sobre él. El armario rallaba el piso de hielo.

Ella gruñó cuando deslizó la última pulgada. Se preguntó si el hombre la había escuchado. Cassie agarro su linterna, comprobando el peso de esta para usarla como arma, y luego salió al pasillo.

Nada pasó. Ella estaba sola.Silencioso, hermoso y azul, el pasillo cristalino se sentía pacifico. Su luz brillaba y al final del pasillo, vio varias puertas, había sombras en las paredes de oro reluciente.

Se preguntó que había al otro lado de ellas. ¿Cómo era la palabra…? Munaqsri. ¿Realmente el transportaba almas? ¿Habrán almas atesoradas en las habitaciones?Cassie dio un paso hacia la primera puerta y luego se detuvo. Ella no estaba aquí para explorar. Recuerda al hombre, el oso polar y a mi madre, pensó. Tenía que encontrar al oso e insistirle que la llevara a su casa. Miró hacia atrás sobre su hombro y bajo las escaleras.

Ella encontró al oso en el salón de banquetes. Al verlo, se detuvo en el arco. El Rey Oso tenía una foca sobre la mesa. Su boca estaba manchada de rojo, y la sangre manchaba la mesa, brillaba como escarlata contra el blanco hielo.

El se limpió la boca con la pata, como avergonzado por sus modales en la mesa.

"Te pido disculpas", dijo. "Yo pensé que te encontrabas descansando."

Ahora él se estaba cubriendo el hocico con sus patas. Repentinamente, Cassie estaba consciente de su propia sangre y la fragilidad de su piel. Aquellas garras y dientes y podían desgarrarla tan fácilmente como papel.

Se concentró en la escultura del caribú en un hueco detrás de él, en lugar de las mandíbulas.

"Hace un momento” dijo, forzando su voz a sonar estable y fuerte. "Entró un hombre a mi habitación."

“Ya lo sé. Era yo"

"¡Tu!?". Sintió que toda la sangre se drenaba hacia su cara. Pero. . . pero ella estaba segura de que el intruso había sido un humano: El tenía manos.

"En realidad traté de decírtelo", dijo con suavidad. "Pero tú lanzaste un Piolet sobre mí."
Ella lo miró fijamente y el lamió un poco de sangre fuera de su hocico.

"¿Puedes volverte un ser humano? ¿Cómo. . . ¿Por qué. . ."

"Quería darte la sorpresa", dijo. "Recuerdas que yo te dije que podía alterar la materia. Podemos tomar la forma de las especies que cuidamos, pero no es nuestra única forma, o incluso necesariamente nuestra forma original.

No siempre estoy como ahora me ves. Pensé que eso te haría feliz."

“¿Feliz?”

"Porque tú te volviste humano, y te metiste en mi cama."

"Es nuestra cama", dijo el Rey Oso. "Maridos y esposas comparten la cama."
Mirando sus inmensas y ensangrentadas patas, se sintió enferma. Los esposos y esposas. . . No. Ella no estaba durmiendo con un desconocido. Especialmente un extraño Oso mágico.
Cada fibra de ella quería salir corriendo de la sala de banquetes. Mantén la calma, se dijo.

"Yo cumplí mi parte del trato", dijo. "Me casé contigo. Ahora quiero el divorcio".

"Te asuste", el dijo.

"Lo siento. No era mi intención. Por favor, dame otra oportunidad. Seré encantador".

Ella lo miró mientras la sangre se enredaba en su piel y pedazos de la foca se aferraban a su hocico.

"Tu podrás ser el Casanova de los osos polares", dijo.
"Pero yo no me quedo."

"No me juzgues tan rápido", dijo. "Acabas de llegar."

Cassie bajó la mirada hacia el cadáver de la foca. Era un desastre de trozos esparcidos. Comía como un oso polar, pero hablaba como un hombre. Ella no podía juzgarlo.

Estaba demasiado fuera de su alcance las posibles de que su cerebro, supiera cómo juzgar todo eso.

"No te pareces a nada que yo haya conocido", le dijo.

"Tu brillas. Eres la luz. Eres el fuego. Yo vengo de un mundo de hielo. "

Ella se estremeció. Parecía como si él realmente quisiera decir eso. Nunca nadie le había dicho nada como eso. Se sentía confundida.

"¿Ah, sí?", Dijo.

"Tú sabes lo que el fuego y el hielo hacen?"

Él la miró con sus ojos inescrutables. "Dime".

"El Agua se entibia", dijo Cassie. "Yo quiero irme a casa."

"Te necesito", él le dijo. "Te necesito para mi esposa."

Nunca nadie le había dicho que la necesitaba. Tragó saliva."¿Por qué?", Dijo ella. "¿Por qué yo? ¿Por qué absolutamente debe ser una mujer humana? ¿Por qué no un oso? "

"Porque no quiero que mis hijos sean cachorros", él le dijo.

Por un segundo, Cassie no podía respirar. Niños.

"Sólo los hijos de los munaqsri pueden optar aceptar el poder y la responsabilidad y necesitamos más munaqsri con la inteligencia humana. Necesitamos dispersarnos; nuestras regiones son demasiado grandes. Perdemos demasiadas almas, y las especies disminuyen."

No sabía lo que quería decir por regiones o perder las almas, a ella no le importaba.

"¿Te casaste conmigo para engendrar mi especie?"

"Por supuesto que no es la única razón, también es por lo que te dije sobre tu brillo y la luz, pero nuestros hijos son la parte primordial."

Él parecía tan tranquilo. Ella no podía creer con que tranquilidad decia. ¿Nuestros hijos?

"Tu quieres una incubadora humana". Cassie sintió náuseas nuevamente. Se agarró del borde de la mesa.

"No cuentes conmigo. Por supuesto que no“ le dijo.

"Tu estuviste de acuerdo", él dijo.

"Pero no a tener niños."

Ella no estaba lista para ser madre. Especialmente niños peludos.

“Eres un oso. Tu ni siquiera eres un bípedo”. (Con dos pies)

"Yo puedo serlo", le recordó.

"Los niños no fueron parte del trato", dijo.

"No hay trato." Pasando bruscamente, salió de la sala del banquete.Ella salió del corredor antes de que sus nervios se rompieran y ella corrió.

* * * * * * * * * * * *
Al cruzar a través del arco de cristal, Cassie camino despacio. Ella no podía correr todo el camino. Eran 1300 millas hasta su casa. Ella no podía llegar a su casa por su cuenta. Necesitaba que el Oso la llevara hasta ahí.

Cassie miró atrás hacia el castillo. Sus puntas se alzaban a lo alto y los elegantes arcos brillaban como oro en el amanecer. Un escultor había tallado delicadas líneas de hojas de hielo en las paredes. Rosas, talladas a precisión con sus pétalos, ellas estaban enredadas alrededor de los arcos en las ventanas. Era todo tan hermoso que le hizo sentir un dolor interior que no podía describir.

¿Por qué este lugar tenía que venir con Oso como marido?Se acercó más, y al doblar la esquina del castillo, se detuvo en seco.

"Oh, wow", suspiró ella. Se encontró con un jardín **topiario** de hielo. Cientos de esculturas brillaban a la baja luz del sol. Setos, flores, árboles de manzana, figuras de dragones, sirenas y unicornios.

Con su aliento atrapado en la garganta, Cassie tocó una hoja en un rosal de hielo. Ella podía ver las venas trazadas en los pliegues y los finos pétalos de hielo.
Caminó por los senderos entre los grifos de hielo, fuentes congelados y los árboles con brillantes frutos semejantes al vidrio. Ella se agachó al pasar debajo de un enrejado de hojas de parra. Nunca había visto nada como esto. Era el Jardín del Edén en el hielo.

¿Quién había creado esto? Se volvió para mirar atrás hacia el castillo y vio al Rey Oso de pie en silencio entre las rosas a dos pies de distancia de ella. Ella saltó hacia atrás.

"No hagas eso", dijo.

El no dijo nada, y ella estaba consciente de la formación de sudor en sus axilas. Ella levantó la barbilla y se reunió con su mirada.

"No pensé que fueras la clase de persona que se rinde sin intentarlo" dijo el Rey Oso."
Yo no me rindo", dijo Cassie automáticamente. Ella lo pensó un instante y luego repitió:
"No me rindo."

Había visto directamente su obstinación. Ella lo había seguido hasta que estaba casi sin combustible, a pesar de saber que estaba desobedeciendo las reglas de la estación.

Aquella persecución se sentía como si hubiera ocurrido en algún curso de su vida.
"No es fácil asimilar que tu mundo este al revés", dijo.

"Yo no te culpo por no ser lo suficientemente fuerte como para aceptar lo que has visto aquí, o de no ser lo suficientemente valiente como para querer ver más."

Ella se estremeció, eran dos insultos en un suspiro. Ella no se iba porque era débil o cobarde. ¿O acaso ella lo era?

Y añadió: "Yo había pensado que tendrías la fuerza para ello. No es culpa tuya que yo estuviera equivocado. "

No era por eso. . . Espera... "¿Me estas desafiando?", ella dijo.

El lo considero. "Sí," dijo.

"¿Crees que esto es una broma?"

"Creo que tienes miedo", el dijo.

"¡Maldita sea, claro que lo estoy!," dijo.

Él avanzaba pesadamente hacia ella entre los arbustos de cristal. Su pelo cepillaba las hojas de hielo y estas sonaban como el cristal. Ella retrocedió, tropezando con la estatua de una sirena.
"Puedo mostrarte un mundo nuevo", dijo el Rey Oso.

"Puedo mostrarte maravillas que jamás pudiste imaginar y que no sabes que existen y que todavía no puedes comprender.""Comprendo lo suficiente", dijo Cassie, moviéndose poco a poco alrededor de la estatua, lejos del oso.

"Tú me quieres para la madre de tus hijos. Tus cachorros."

Ella escuchó el aumento en su tono de su voz y se detuvo. No tengo miedo, repitió como un mantra. No lo estoy.

"Voy a esperar hasta que estés lista", el dijo.

"Nunca voy a estar lista."

"Yo puedo esperar mas allá de un nunca."

Cassie se estremeció y aunque no hacía frío se abrazó a sí misma. Su aliento se condensaba en forma nubes en miniatura, pero se sentía tan caliente como lo había sentido en el interior del castillo.

¿Por cuánto tiempo el tenia la intención de mantenerla aquí? ¿Cuánto tiempo era "más allá de nunca"?

"No tienes nada porque temerme," dijo suavemente.
"Entonces llévame a casa."

A casa. Una casa en donde estaba una madre que nunca había conocido y un padre que le había mentido.

"Tu has dado un paso hacia un mundo más grande, Cassie", el dijo.

"¿Por qué deseas tirarlo todo tan rápidamente? Apenas has visto una vislumbra de el. "
Involuntariamente, miró de nuevo en el castillo con sus torres de hielo cristalino y la hiedra que se alzaba sobre él. Si él era real, entonces todo lo que sabía en el mundo, todo lo que sabía de la ciencia y las reglas del universo, eran falsos.

La mitad de ella quería explorar cada centímetro de este lugar. La otra mitad quería volver al día anterior a este.

El llego más cerca de ella y esta vez ella no se retiró."

Tu puedes regresar a la estación a tu," investigación " y pretender que todo está igual que antes. Pero no será lo mismo y nunca más serás la misma. Tú no podrás borrar lo que hoy conoces. Tu mundo ha cambiado."
El estaba en lo cierto. No podía volver a fingir que nada de esto existía, especialmente con su madre ahí para comprobando lo que hizo por ella.

Su mirada fija se quemó y tuvo que apartarla. Vio cómo el sol danzaba en el jardín toparío. Limones y rosas, las esculturas parpadeaban a la luz.

"¿Te gusta?", Preguntó. Parecía extrañamente vacilante.

"Es hermoso", admitió.

"Un Escultor impresionante."

"El castillo en sí ya estaba completo mucho antes de mi gestión aquí", dijo.

"Me he concentrado en los jardines."

¿El Oso polar era un artista? Mirando sus inmensas patas, no podía imaginar que el creara algo tan bello y delicado como los topiarios de hielo. Sus patas estaban diseñadas para matar a las focas, no la esculpir rosas.

"Yo he esculpido todos los días excepto en temporada de nacimiento de osos polares" dijo.

"Durante el corazón del invierno, tengo que patrullar el hielo cerca de las madrigueras. Con mis habilidades munaqsri y la velocidad, tengo la capacidad de detectar un nacimiento inminente o la muerte. La capacidad de transformar el mundo físico hace que mi trabajo sea posible, pero no garantizan el éxito. No puedo arriesgarme a llegar tarde a un parto a causa de mi jardín."

Vaciló, y luego agregó," o incluso por pasar tiempo contigo."

"Para entonces yo no estaré aquí ", dijo con tanta firmeza como pudo.

"Ya veremos", dijo el Rey Oso.

Fin del capítulo
Traducido x Rania


Nota del traductor: *Jardín topario: Es una práctica de la jardinería que consiste en dar formas artísticas a las plantas mediante el recorte con tijeras de podar.
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SIETE
Latitud 91 ° 00 '00 "N
Longitud indeterminada
Altura de 15 pies
CON HOJAS DE HIELO tintinando a su paso, el Rey del oso caminó hacia el castillo. "Tu tienes preguntas," dijo por encima del hombro.

"Yo tengo respuestas. Vamos a negociar? Por cada pregunta que responda, tu sigues un día más en mi castillo".

"Si que te gusta negociar, ¿no?", Gritó tras él.

"¿Cómo sé que cumplirás? ¿Cómo sé que mi madre está en casa? "

El doblo la esquina. "Oye, ¡vuelve!", Ella corrió tras él.

El Rey Oso esperó por la magnífica entrada, al lado de los brillantes pilares.

"Un munaqsri no puede romper una promesa", el dijo.

"Es la forma en que la naturaleza se asegura de que cumplimos con nuestro papel. Es el precio de nuestro poder."

Entró en el interior. Ella lo siguió una y otra vez fue rodeada por esculturas resplandecientes.

"Los vientos trajeron de vuelta a tu madre al hielo mientras dormías", dijo.

"La llevé a tu estación de investigación antes de que despertaras."

Ella se detuvo. Sintió como si no pudiera respirar. Los frescos hielos se tornaron borrosos y ella parpadeó rápidamente. Su madre estaba en la estación, caminando por los espacios en los que Cassie había caminado, sentada en la cocina, cepillándose los dientes en el baño, haciendo todas las pequeñas cosas que Cassie no podía imaginar que su madre hacia, sobre todo siendo la persona mítica que ella era.

Tan sólo pensar en ello hizo que Cassie sintiera como si el hielo se quebraba bajo sus pies.

"¿Ella. . . ¿Estaba bien? "

"Ella estaba bien", el dijo.

Cassie quería preguntar más: lo que él le había dicho y lo que ella había dicho, a que se parecía ella y como sonaba. Pero la garganta de Cassie se obstruyo y el oso siguió alejándose de ella.

"¿Dónde. . . ¿A dónde vas?". Su voz sonaba quebrada.Miró por encima del hombro hacia ella.

"Quiero mostrarte lo que vas a dejar si vuelves a casa. Ven".

Cassie le siguio. Él la llevó hasta las escaleras de caracol azul y entraron a una de las habitaciones que parecían como si estuvieran talladas de diamante. Ella vio una sala de música con un piano de cola translucida y una orquesta con violines y violonchelos.

Las cuerdas de los violines eran increíblemente delicadas hebras de hielo. Vagó por un pasillo iluminado por candelabros de iridiscentes, forrado con hielo liso como espejos.

En una sala de estar había sofás afilados, se maravilló con un tablero de ajedrez con piezas talladas de hielo del tamaño de su mano, cada una esculpida con la forma de un animal del Ártico.
El tenía razón. Nunca había visto un lugar como este. Ella nunca había imaginado que nada de esto existía. ¿Qué otra cosa había acá que ella jamás hubiera imaginado?

Su madre, en casa. Tal vez si ella se tomaba un poco de tiempo, pensó, un par de días tal vez. . . con eso bastara para ver este lugar.
Pensó en los secretos que aquí había y el conocimiento. Un oso que se convierte en un hombre, el hielo no se derrite, un castillo escondido. Ella podría estudiar cualquiera de estos misterios durante años.

Además, piensa en el progreso en la investigación del oso polar, lo que podía hacer, las preguntas que le podría hacer y que él podría responder.

"Tu madre", dijo, haciendo la primera pregunta que se le vino a la cabeza, "¿ella es una munaqsri como tú?"
"No," dijo.
Cassie se volvió hacia él. Estaba sentado junto a una fuente congelada, con imágenes de peces tallados en las corrientes congeladas del agua.

"Mi padre es un munaqsri", dijo.

"Es un. . . El termino más simple es "supervisor." Hay una jerarquía para los munaqsri. Hay munaqsri que se preocupan por las almas de una especie en particular, como yo.

Y hay munaqsri superiores que atienden a todos los munaqsri de una región en particular, como el munaqsri viento. Mi padre es responsable de los munaqsri de una cadena de montañas de Escandinavia.

No lo he visto desde que me convertí en el guardián de los osos polares".
Giro su rostro lejos de ella, como si el estudiara el agua helada que estaba cayendo. Trató de imaginar lo que había el sido antes de convertirse en el Rey Oso.

"¿No siempre fuiste un oso?"

"Un niño de un munaqsri debe optar por aceptar el poder y las responsabilidades", dijo.

"Él o ella son asignados a una especie como un supervisor."

"Así que decidiste convertirte en un munaqsri? Tú tenías una opción? "Ella no sabía por qué aquella pregunta era importante para ella, pero lo era.

"Me necesitaban", dijo.

"Todo en el mundo, osos, pájaros, insectos, ríos, mares, requieren su propio munaqsri para facilitar su existencia. La mayor parte de las especies requieren de varios. Los seres humanos, por ejemplo, tienen cientos. Los escarabajos, aún más. Los osos polares necesitan solo uno, debido a que la población es pequeña. Pero a pesar de eso, hay escasez de munaqsri. Los niños de munaqsri son raros, y el mundo desesperadamente necesita de todos nosotros."

Esto no sonaba a una elección.Con voz pasiva, el Rey Oso dijo, "Hice que mi padre se molestara por mí no-elección. Al ser un munaqsri. . . Nos reservamos para el funcionamiento del mundo, pero no somos realmente parte de él."

La vida en la estación tampoco era exactamente ordinaria. Cassie negó con la cabeza. Ella no podía creer que sintiera empatía con él. ¿Podrían realmente tener cosas en común?

"Debes tener hambre", dijo bruscamente, como si el ya hubiera dicho demasiado.El Rey Oso le condujo por otra escalera de caracol, de nuevo hacia el salón de banquetes.
Bajo sus órdenes, de la mesa broto otro banquete. Se abrió como una flor, cuencos de fruta se abrían como pétalos. De un tiro de tallo sobre el aire floreció una bandeja de pan. Esta flotó hacia Cassie. Mirándolo fijamente, ella se retiró.

"No te alarmes", dijo. El parecía divertido.

La bandeja se sacudió como si estuviera impaciente, empujando los rollos. Ella se puso rígida y se tomo un croissant. Ella no estaba "alarmada." Ella simplemente no había comido alimento que levitara. Él tomó un panecillo con su enorme garra.

Cautelosamente, Cassie se sentó en el trono de hielo. El trono se hizo más chico. Sus dedos rozaron el suelo. Ella pronto se dio cuenta de lo pequeña e impotente que era dentro de aquella inmaculada perfección.

El vapor se elevó desde los platos, y su el estómago retumbó. Se humedeció los labios, su boca se humedeció. Nunca había visto tanta comida. Y todo se veía muy bien.

Ella sacudió la cabeza. Lo imposible había sucedido, estaba sucediendo y su reacción era el hambre. Tal vez era el poder wasadjusting como se diga, con toda su rareza. O al menos su estómago si estaba con hambre. Cogió un plato de zanahorias al vapor en salsa blanca.

El silencio se prolongó y solo era roto por el tintineo de los platos al servirse, ya que estos se empujaban solos en la mesa. Cassie trató de imaginar a su madre en la estación, sentada comiendo. Se la imaginaba con la taza favorita de Cassie, o cuando Owen volteaba los panqueques y ella se imagino a si misma a la edad de cuatro años sobre la mesa a un lado. Una vez más, los ojos de Cassie se sintieron calientes.

Trató de pensar en una pregunta, una inofensiva pregunta, que le permitiera recuperar un mínimo de control de nuevo.

Haciendo sonar su voz tan alegre como pudo, dijo, "Así que. . . ¿Cómo eras de cachorro?
"Muy humanoide", dijo el secamente.

Ella casi sonrió. Él realmente tenía sentido del humor.
"Mi infancia. . .” Hizo una pausa y la miró como si le pesara responder. "Mi infancia fue hace muchos años", dijo finalmente.

"Soy más viejo de lo que parezco, varios siglos."

¿Varios siglos? Ella trató de digerir. "No pareces tan viejo."

"Gracias", el dijo.

¿Varios siglos?

"Tuve una buena infancia, como ser humano", continuó. Mientras Cassie llenaba su plato, él le dijo sobre como es crecer andando a caballo entre las montañas de su padre y en Noruega con su madre. Dijo que su madre, había sido un ser humano ordinario, y ella lo había criado como un ser humano normal. Él había jugado con los niños del pueblo y habían recibido clases con un tutor.

Su madre había tenido esperanzas de que el estudiara leyes. Los fines de semana que había pasado con su padre, el aprendía de todas las cosas que no habían en los libros de su tutor. Todo sobre la magia y las responsabilidades de los munaqsri, aprendiendo a ser un munaqsri utilizó su poder para cumplir con sus responsabilidades.
"Tu turno", dijo cuando terminó.

"¿Qué?", Dijo, sorprendida.

"Tu me hablaras acerca de tu infancia", dijo

Ella vaciló, pero no podía pensar en ninguna excusa para no hacerlo. Además, por alguna razón que ella no conocía, no quería hablar de ello.

Ella le habló de Max y sus aviones, sobre su abuela y su historia, de Owen y sus artefactos. Ella le habló de cómo las cosas eran diferentes en comparación con, la sobrina de Owen en Fairbanks, cuya vida consistía en maquillaje y películas.

"La primera vez que vi una película," Cassie dijo: "Yo tenía cuatro años, mi primer viaje a Fairbanks. Y estaba aterrorizada”.

"No encuentro nada de extraño en eso."

"No fue una película de terror. Fue Mary Poppins". Cuando ella vio por primera vez a Julie Andrews flotar en el aire con su paraguas, había gritado, y papá había le había dado palomitas de maíz para tranquilizarla.

"Me las arreglé para calmarme hasta llegar a la escena en la que los niños saltan en una pintura de tiza."

Ella había pensado sobre esa ocasión y que había gritado tanto hasta quedar ronca.

Se intercambian historias mientras Cassie devoraba pan con miel, un delicioso pescado sazonado cuidadosamente y una tarta de frambuesa. Finalmente, se quedó en silencio.

Se movió inquieta en el trono de hielo. Ella no había querido hablar tanto. Con él era tan fácil hablar. No le gustaba. . . cuan cómoda se había sentido. Se suponía que debía ser el rey oso polar y ahora, cuando lo miraba, parecía un enorme muñeco de peluche o el oso polar de Coca-Cola.

Abruptamente, se puso de pie. "¿Hay algo más en el castillo?" Le preguntó.

"No es necesario apresurarse", dijo. "Tienes una semana completa."

Ella frunció el ceño. "¿Qué quieres decir?""Tu preguntaste por lo menos siete preguntas, así que me debes por lo menos siete días", dijo.

"No es toda una vida, pero es un comienzo."

"Yo nunca estuve de acuerdo con tu trato", ella objetó.

Él la miró parpadeando. "Tienes razón", dijo, con sorpresa en su voz.
"Tú no lo hiciste."

Ellos se miraron por un momento. Entonces el Rey Oso se concentró en la mesa y los platos empezaron a desaparecer. Ella saltó cuando su plato estallo como una burbuja. La vajilla se disolvió en el hielo. El helado mantel se marchito.

"Quédate una semana", dijo, "Y luego decides. Sólo una semana. Has esperado dieciocho años para conocer a tu madre. Tan solo será una semana más“. Él le dijo.

Pensó en todos los recuerdos que justo había derramado, todos los momentos que había vivido creyendo que su madre había muerto. Y ahora. . .Cassie apartó la mirada de los brillantes ojos negros del Rey Oso. No quería pensar en esto.

"Muéstrame más del castillo", dijo.

Él la llevó a un gran salón con columnas que llegaban hasta los arcos y el techo abierto a un cielo claro y sin nubes. Las auroras boreales flotaban hasta el piso azul oscuro reflejando a la perfección la brillante de luz.

Cassie entró en el salón de baile y resbalo aterrizando sobre su trasero.

El Rey Oso salto hasta ella. "¿Estás bien?"

“Si, bien, bien." Sentía su coxis lastimada. El inclinó su cuello hacia abajo para ayudarla, y ella automáticamente huyo. Se puso de pie por su cuenta.

"Nunca me di cuenta de que estuviera tan resbaloso", dijo, había un tono de disculpa en su voz.
"Tu tienes patas de oso", dijo. "Necesito **crampones** en esta planta. O patines de hielo."

Ella arrastro los pies hacia un pilar. Fuera del salón de baile, a través de los arcos, pudo ver las esculturas del brillante jardín topiario con reflejos de la aurora por la noche. Era tan hermoso que el aliento quedaba atorado en su garganta.

De repente ella tuvo una idea. Ella no se detuvo a pensar si era o no una buena idea. Se sentó rápido, y desató sus **mukluks**. Ella movió los dedos de los pies dentro de las tres capas de calcetines.

El Rey Oso flotaba cerca de ella. "¿Te has hecho daño?".

Cassie utilizo el pilar como soporte.

“Aun no." Ella dijo.

Empujándose en calcetines, ella patinó en el salón de baile. Era una pista perfecta de hielo. Chillo, al estrellarse contra el pilar contrario. Agarrándose de este, llamó al Rey Oso.
"Tu turno".

El la miró horrorizado.

Ella se rió a carcajadas. Y se sintió mejor. "Es demasiado poco digno para usted, su Alteza Real ursinos?"

"Se dice Munaqsri. Y yo soy simplemente Oso."

Extendiendo las cuatro patas a lo ancho, Oso patino por el salón de baile sobre su estómago. Con las piernas extendidas hacia afuera, él giró a ciento ochenta grados hacia una parada. Sonriendo, Cassie se empujó fuera de la columna y se deslizó hasta el centro de la habitación. Ella se estrelló contra Oso.

"Huy, lo siento", dijo, desenredándose a sí misma. ¿Qué estaba haciendo? Él no era su amigo, era un oso mágico que transferencia las almas de los osos polares.

"No te muevas", él le dijo.

Ella se puso tensa, pero obedeció. No debería haber iniciado esto. Se suponía que ella debía estar camino a su casa. Antes de que pudiera completar cualquier pensamiento, Oso la empujo. Ella se salió del salón de baile.

Riendo, ella se afianzo de un pilar.Volvió a mirar al oso polar. Una semana, era lo que él le había pedido. ¿Era acaso un precio tan terrible a cambio de todas las maravillas que había visto?

"Una semana", dijo. "Yo me quedo durante una semana."


Fin del capítulo.
traducido x Rania

Nota del traductor:

* *Camprones**: son elementos
metálicos adaptables a la suela de determinados tipos de bota para posibilitar o mejorar la adherencia de ésta a superficies heladas o nevadas.
**Mukluk** Son botas que pueden ser adornados con borlas y cuentas y puede ser forrada con pieles como, la foca el conejo , el zorro y el mapache se utiliza en climas fríos. Esta es una ventaja en condiciones de frío extremo, donde la transpiración puede convertirse en un factor de congelación en los pies.
•·.·•✿ BIENVENIDAS AL BLOG NENAS in LovE✿•·.·•