sábado, 23 de enero de 2010

BLOOM por Elizabeth Scott Capitulo 4- Parte II

Bloom

Por Elizabeth Scott

Capitulo 4- Parte II

Papá entra a la sala y apaga el televisor. “Lauren”

“¡Hola!” digo alegremente. El suspira y entonces me sonríe.

“Eres bastante terca, niña” ¿Ves? ¿Los apodos? Son horribles.

“Mira quién habla”

“Ah, pero tú eres terca en una forma diferente” dice él. “Tu eres como-” entonces él se detiene, y me doy cuenta de que está cansado porque el único momento en que se descuida y casi menciona el nombre de mamá es cuando no está durmiendo bien, y eso nunca pasa a menos que las cosas en el trabajo no estén yendo bien.

“Ven y siéntate” le digo. “Voy a hacer algo de comer”.

El se sienta en el sofá y yo me dirijo a la cocina. Para cuando regreso él se ha quedado dormido. Dejo el sándwich que preparé en un plato sobre el piano, el cual, por cierto, nunca ha sido tocado. Teanna/Callie sugirió que aprendiera a hacerlo, para que la ayudara a practicar para sus obras musicales. Después de la cuarta clase ella decidió concentrarse en el cine.

Mientras me dirijo hacia arriba, mi papá dice, “Oye, Lauren?”

“¿si?”

“¿Cómo estuvo tu día?”

Hoy vi a Evan, pienso en responderle. ¿Lo recuerdas papá?

Pero en lugar de eso, digo “Bien”.

Y entonces, cuando Dave y yo hablamos más tarde, una rápida sesión de mensajería instantánea mientras intento terminar mi tarea, eso es lo que le digo también. Que estoy bien, perfectamente bien.

Cuando me estoy cepillando los dientes antes de acostarme, me miro en el espejo. Cabello lacio marrón, los ojos grises de mi mamá. También tengo su nariz, incluso las pecas que la recorren. Algunas veces me pregunto si la razón por la que mi papá no pasa mucho tiempo en casa es porque el recuerdo viviente de mamá vive aquí. Apago la luz de mi baño y me meto en la cama, me quedo mirando el techo. Me toma mucho tiempo quedarme dormida.

* * *

Katie llega a recogerme en la mañana, se disculpa ochocientas millones de veces por lo de ayer y por no llamar anoche. Y después dice, “Entonces, ¿como llegaste a casa?”

“Yo-¿Eso que tienes en tu camisa es tinta?”

“¿Qué? ¡Oh mierda! Pensé que lo había sacado. Estaba tratando de terminar mi estúpida tarea de inglés esta mañana, y mientras estoy ahí sentada, escribiendo, de repente hay un lagarto en mi regazo. ¡Un lagarto! Les he dicho a Harold y a Gerald que no es gracioso cuando hacen eso, pero...” Ella suspira. “Niños”.

“Suenas como si tuvieras treinta o algo” digo yo, y le paso una toalla de papel húmeda, sintiéndome muy feliz de que haya olvidado su pregunta sobre como llegué a casa.

Ella se ruboriza un poco y frota su camisa. “Simplemente estoy cansada” dice. “Los dos quieren una enorme fiesta de cumpleaños, porque están cumpliendo nueve, y no sé como voy a hacer los preparativos y mantenerme al día con las labores de la casa y entonces está la escuela y-” Ella se detiene. “Ahí está. Creo que lo logré. ¿Puedes ver la mancha?”

Yo sacudo mi cabeza, Katie no habla acerca de su casa muy a menudo, y cuando lo hace siempre suena así, no lo entiendo. Quiero decir, Harold y Gerald tienen nombres horribles- ellos ya son gemelos, así que ¿darles nombres que riman no es simplemente cruel?-pero ellos no son niños malos. De hecho, ellos realmente escuchan a Katie cuando ella les dice que hagan algo. La única vez que traté de trabajar como niñera no logre que un niño de tres años me escuchara.

“¿Sabes que podría funcionar? Dile a tu mamá sobre ese lugar de láser. El hermano de Dave tuvo su fiesta allí.”

“Voy a hacerlo” dice ella, y tira el papel de cocina, entonces pone mi plato del desayuno en el lavaplatos. Ella es una maniática del orden. “¿Lista para irnos??”.

Cuando llegamos a la escuela, Katie parquea en su lugar de costumbre y “Se encuentra” con Marcus. Caminamos a la escuela juntos, o mejor dicho, ellos caminan delante de mí, con los brazos entrelazados alrededor del otro y una de las manos de Marcus deslizándose ocasionalmente para tocar su culo.

Dave se me acerca mientras pasamos por la cafetería hacia el ala de nuestros casilleros y me saluda con un beso en la frente, envolviéndome en sus brazos para un abrazo rápido.

“Déjame llevar eso” dice él, y toma mi mochila, colgándosela del hombro para que descanse sobre la suya.

“Gracias” digo yo, y lo miro. Lo juro, incluso sus dientes son perfectos. ¡Y nunca tuvo frenillos!

“John está realmente feliz de que vayas a su juego” dice él. “Estuvimos practicando anoche, y creo que él podría llegar al Reto de habilidades estatal este año. ¿No sería fantástico?

¿Es ese Evan caminando por el pasillo? Creo que es el. Justo al otro lado. Acercándose a nosotros.

”Absolutamente””, digo yo, y Dave aprieta mi mano. Nos detenemos en el casillero de Marcus y el y Dave se concentran en alguna conversación sobre deportes. Katie pone sus ojos en blanco y entonces revisa su camisa. De nuevo.

“Está bien” le digo, y miro hacia otro lado justo a tiempo para ver a Evan a menos de dos metros de mi. Hoy no hay marcas en su brazo. Uno de sus zapatos tiene un agujero en el dedo gordo, un pequeño punto desgastado.

El aparta su cabello de su cara con una mano. Incluso bajo la horrible y verdosa luz fluorescente se ve brillantemente oscura. Me doy cuenta de que es más alto que Dave. Cuando beso a Dave sólo tengo que subir mi cabeza un poco. Para besar a Evan tendría que mirar hacia arriba, tendría que estirarme, pondría mis manos en sus hombros, y entonces, cuando él se incline hacia mí, su cabello acariciaría mi cara. Cerraría mis ojos y-

“¿A quién estás mirando?” Katie me codea a un lado. Evan está caminando hacia la misma dirección que nosotros. El está mirándome. Me pregunto si podría saber lo que estoy pensando. Siento como si estuviera escrito en mi cara.

“Nada” digo demasiado fuerte, demasiado animada y me inclino para apoyar mi cabeza sobre el hombro de Dave. El se inclina hacia mí y me da un beso en la coronilla. Escucho un coro de pequeños suspiros de las alumnas de primer grado que pasan al lado, y por la esquina de mi ojo veo a Evan caminando por el pasillo, y lo observo desvanecerse entre la multitud de personas que se dirigen a clase.

Trato de no pensar sobre historia mundial al final del día, y naturalmente para la hora del almuerzo es lo único en lo que puedo pensar. Clara le sonríe a Dave cuando se dirige a su asiento- ella se sienta al final del salón, pero la mesa completa es suya y todo el mundo lo sabe. Katie y yo tenemos algún tipo de asientos adjudicados, dado que todos los días llegamos con Dave y Marcus, y cada día recibimos una variedad de miradas del tipo ¿te-conozco?, Clara le dice “Hola” a Marcus y entonces se detiene, se inclina y le susurra algo al oído, mirando todo el tiempo a Katie. Katie pretende no darse cuenta, pero la veo poner en el plato una porción de pizza que estaba a punto de comer, con su boca convertida en una línea tensa.

Me inclino y le suspiro, “El ni siquiera está escuchando”. Y realmente él no se ve como si lo estuviera haciendo. El esta asintiendo de la forma en que los chicos hacen cuando las chicas les hablan sobre algo en lo que ellos no están interesados- lo que significa cualquier cosa que no sea sexo, música o deportes. (Excepto Dave, el siempre escucha).

Katie no dice nada, pero escucho su suspiro de alivio cuando Clara se va.

“¿Qué quería?” Le pregunta el chico de al lado de Marcus, con admiración en su voz. Desearía poder patearlo.

“Sólo me estaba diciendo de una fiesta en su casa este fin de semana” dice él, y entonces le pregunta a Dave, “¿Vas?”

“Nah. Tengo otras cosas que hacer.”

Entonces hay algunas risas sugestivas y la usual mierda de chicos, donde todos lo miran y dicen cosas sobre nosotros. Dave sonríe, viéndose totalmente despreocupado, pero entonces, mientras continúan y se ponen más gráficos, sus orejas se ponen rojas. Eventualmente el se aleja de la mesa y se pone de pie.

“¿Quieres caminar un poco?” dice él, y yo asiento.

“Lo siento” dice él cuando estamos afuera, y yo pienso a cerca de como todos piensan que el salió para salvarme de ser avergonzada y como ese no es el caso, para nada.

“Así que, ¿Vas a hacer algo este fin de semana?” Le pregunto.

“Mis padres quieren ir a un retiro familiar. Hemos estado hablando a cerca de visitar escuelas pero esta puede ser una oportunidad para hacer planes y así. ¿Quieres venir con nosotros?”

De ninguna forma. Yo fui a un retiro familiar. Pasamos el fin de semana en los bosques, hablando sobre nuestros sentimientos y haciendo planes para nuestro futuro. Dave y yo habíamos estado saliendo por cuatro meses entonces, y pensé que esto era bastante genial. Quiero decir, no sólo tenía un novio, tenía un novio que estaba feliz de hablar sobre nuestro futuro. Pero desde entonces, todo lo que Dave y yo hemos hecho es hablar, así que no es que tenga muchas ganas de ir de nuevo. Además me gusta quedarme en lugares con acueducto. Y baños.

“Creo que mejor me quedo aquí. Le dije a Katie hace un tiempo que iría con ella y Marcus a una fiesta. Sabes que a ella le preocupa que Clara decida que lo quiere de nuevo.”

Dave asiente. “La próxima vez, entonces.” dice él, y me salvo de responderle cuando suena la campana y tenemos más clases.

Yo pretendo prestar atención, cuando realmente estoy pensando en historia. Entro al salón, y es como si todo dentro de mi estuviera-No lo sé. Como si estuviera a todo volumen o algo así. Me siento exaltada, extraña, y entonces noto que el asiento al frente del mío está vacío.

Me siento, me quedo mirando mi escritorio, me siento defraudada. ¿Por qué? Creo que lo sé. Entonces Evan entra al salón, y estoy segura de ello, porque en el momento en que lo hace, el sentimiento de antes se vuelve aún más intenso. Se sienta, y entonces puedo ver uno de sus zapatos, el del roto en el dedo. Subo un poquito mi vista y puedo ver su rodilla. Un poco más y puedo ver su-Miro de nuevo al escritorio. Ahora definitivamente estoy exaltada.

Axel llega al salón quejándose y empieza a hablar. Jack Harris, quien me imagino que se ha recuperado desde ayer, dice algo fuertemente unos minutos después de ella. Axel deja de hablar y aplaude lentamente, sarcásticamente, y entonces pregunta si le gustaría continuar y hacernos perder otro examen. Entonces, continua justo donde se detuvo. Nadie dice nada más.

Tengo tantas ganas de mirar a Evan que me asusta un poco. Me las arreglo para aguantar hasta la mitad de la clase antes de hacerlo. El está inclinado un poco hacia adelante, escribiendo en su cuaderno. Sus manos- Ni siquiera sé que palabra usar para ellas.

Aún parecen maltratadas, sus uñas aún están mordidas, pero sus dedos son largos, y observo como se flexionan y su mano se mueve con gracia a través de la página. Axel enfatiza algo esparciendo la tiza en el tablero, y Evan mira hacia arriba. Me quedo mirándolo, lo sé, pero no puedo detenerme. Sus manos se quedan quietas. El me mira. Sonríe un poco, una pequeña sonrisa ladeada.

Yo le sonrío de vuelta. El parpadea como si lo hubiera asustado y mira hacia abajo. Entonces me mira de nuevo.

Yo siento como si todo a mí alrededor hubiera desaparecido.

El mundo entero se reduce a nosotros y a como estamos mirándonos, es como si el hecho de que nos conocíamos de antes estuviera ahí, e importa, pero hay algo más. Algo más.

Pienso en eso y en que tengo practica de la banda de Jazz de nuevo. Como voy a tener que esperar a Katie después.

Y espero poder verlo.

FIN DEL CAPITULO

Traducido por Caty



lunes, 18 de enero de 2010

BLOOM por Elizabeth Scott Capitulo 4

Bloom

Por Elizabeth Scott

Capitulo 4- Parte I


Soy la primera persona en llegar a casa, por supuesto. Siempre soy la primera. Reviso mi correo de voz y mi e-mail, entonces trato de decidir si podría comprar un auto por internet sin que papá se entere. Apuesto que no se enteraría. Por lo menos no hasta que llegue la cuenta de la tarjeta de crédito. De eso si se entera. (” ¿Lauren realmente necesitabas gastar ochenta y cinco dólares en un corte de cabello?”) Su problema es que no tiene idea de cuánto cuestan las cosas. No puedo esperar para tener la conversación sobre matriculas universitarias.

Hago mi tarea por un rato, a pesar de que mi libro de historia permanece guardado en el fondo de mi mochila. Le doy una mirada, sólo una, y es como si estuviera en el auto con Evan de nuevo.

Evan. Enfoco y veo que he escrito su nombre en el ensayo que se supone que debo estar escribiendo para la clase de inglés. Presiono la tecla de borrar y las cuatro letras desaparecen. Después de terminar escribiendo su nombre otras tres veces, me doy por vencida con la tarea y bajo al primer piso.

La cena de esta noche es alguna comida-en-bolsa que compre la última vez que estuve en el mercado. Papá preferiría pasar su tiempo libre trabajando, así que al minuto que obtuve mi licencia, asegurarse de que tengamos comida paso a ser mi trabajo, lo que está bien por mí, dado que al mercado es al único lugar al que me permite conducir. Y cocinar, soy definitivamente la única que lo hace. Robin, la última novia, era una cocinera bastante buena, y por un tiempo hubo cenas elegantes cada noche. Entonces papá comenzó a llegar tarde a casa o a faltar permanentemente a la cena, y las comidas desaparecieron.

A pesar de todo yo aprendí un par de cosas, y después de que ella se marchó continué cocinando para mi algunas cosas. Pero el asunto sobre cocinar es debes limpiar después de que terminas, así que es más fácil hacer algo que viene en su propio contenedor o usa su propia sartén. Yo como en la mesa de la cocina, y me quedo mirando la piscina del patio trasero.

Papá la hizo instalar para Sally, quien creció cerca al océano y decía que lo extrañaba, y cuando la terminaron Jane y yo hicimos grandes planes para invitar gente a nadar y entonces de repente todos querrían venir a mi casa, con nosotras. Pero cuando finalmente tuve las agallas para invitar a -adivinaste- Clara, ella dijo “Yo voy a la piscina del club” y eso fue todo. Ella se refería al Club de Campo de la carretera, ese al que pertenecen las familias cuyos padres viajan todos los días a Broad Falls. He oído que allí tienen ocho piscinas o algo así. Yo solía rogarle a mi papá para que se uniera cuando era más pequeña, pero ¿cuál era el punto? Si Dave no puede hacerme popular, unirme al club seguramente tampoco lo hará.

Ahora, nuestra piscina está prácticamente abandonada, aunque una vez al año, papá decide que debe ejercitarse más y nada unas cuantas vueltas cada mañana durante una semana o dos. Katie y yo la usamos de vez en cuando en el verano, mejorando nuestros bronceados y mirando al chico que limpia la piscina si es lindo. Usualmente no lo es.

Los chicos lindos que limpian la piscina son otra cosa inventada en los libros. Eso o todos trabajan en el club.

Cuando termino de cenar, practico la pieza que Herrity nos hizo tocar en clase y después me encargo de lavar y hago más tareas. Papá envía todas sus cosas -y quiero decir todas, incluida su ropa interior- a la lavandería, pero a mi simplemente no me gusta la idea de que alguien más lave mis medias. O mi ropa interior. Además ellos le ponen almidón a todo, y jeans almidonados? eso es algo realmente incomodo. Además me gusta el sonido de la lavadora y la secadora. Sin ellos la casa estaría tan silenciosa que probablemente escucharía mi propia respiración.

Me doy cuenta que estoy pensando de nuevo en Evan mientras doblo mis camisas, sobre la marca en su brazo, sobre sus manos, sus ojos, su cabello. Sobre el mirándome a mí.

“Detente” Me digo a mi misma y pongo mi ropa a un lado.

Papá llega a casa cuando estoy abajo viendo televisión. Le toma como ochocientos minutos entrar porque tiene que cubrir su auto para que no se raye (aparentemente parquear en la cochera no es suficiente para protegerlo) y entonces, mientras está haciéndolo, siempre revisa su correo de voz y termina devolviendo todos sus mensajes. Cuando era más pequeña solía salir a la cochera a escucharlo hablar, pero hay un número determinado de conversaciones sobre ventanas y “espacios abiertos” y los muchos tonos de beige que puedes escuchar antes de aburrirte. Además papá sigue en modo trabajo cuando está al teléfono, y el mayor reconocimiento al que puedo aspirar de el es un rápido saludo y el gesto de dame-un-segundo con el dedo, el cual aprendí pronto que significa, “No hasta que termine con todas estas llamadas.”

Katie y yo estábamos hablando a cerca de la universidad una vez, y ella dijo que odiaba la idea de tener un compañero de cuarto. “Yo simplemente quiero mi propio espacio, entiendes?” dijo ella, y yo respondí “Por supuesto”, pero la verdad es que me gustaría. Tengo tanto espacio para mí misma que no me importaría renunciar a un poquito.

Cuando papá finalmente entra, lo escuchó dejar caer su portafolio en la mesa de la cocina y revolver el correo. “Lee Lee” dice él. “¿Estás aquí abajo?”

Le subo volumen al televisor. A algunas personas les gustan los sobrenombres. No soy una de ellos. Eso es porque cada vez que lo escucho, recuerdo lo horrible que mi nombre es en realidad. Lauren Smith es aburrido pero mi nombre completo es- bien, de acuerdo. Mi nombre completo es Lauren Lee Smith. De todos los nombres que pude haber tenido, ese es el que obtuve. Lauren Lee Smith. Tiene la personalidad de una tostadora. Podría ser una tostadora. El modelo Lauren Lee Smith.


Continua...


Traducido por Caty

sábado, 16 de enero de 2010

Bloom Por Elizabeth Scott Capitulo 3

Bloom

Por Elizabeth Scott

Capitulo 3


Estoy tan aliviado cuando la clase se termina que puedo prácticamente correr fuera del salón y por el pasillo hacia la práctica de la banda de jazz, agradecida por ser distraída del shock de ver a Evan nuevamente y de cómo me sentí cuando lo miraba. En mi mente él siempre se vio de la forma en que lo hacía cuando tenía ocho, cabello totalmente oscuro y brillante y con rápidas sonrisas para Mary, para mí, y a veces incluso para mi papá. Pero ahora-pienso en sus manos de nuevo, sus uñas mordidas tan adentro que debe doler, y la forma en que se veía como si no supiera lo que era una sonrisa.

Tocamos todas las canciones que el Sr. Herrity ha seleccionado para el período de primavera, y hacia el final él agrega la que tocamos en clase hoy, diciendo, “Lauren, ¿has el solo por favor?” Lo hago, pero mis manos son torpes, mi mente aun distraída, y él sólo asiente hacia mi cuando finalizo y nos pone a todos a repasar la primera canción nuevamente.

Nos deja ir quince minutos antes, probablemente para aliviar el golpe de hacernos venir para una práctica extra mañana, y tomo mi tiempo en recoger mi clarinete, hisopándolo cuidadosamente y chequeando mis lengüetas, asegurándome que tengo extras y que la que estoy utilizando ahora está cómodamente cerrada en su estuche. Kate no estará afuera todavía, así que no hay necesidad de apurarme cuando sólo voy a terminar sentándome por ahí, a esperar.

Cuando terminé, como unas mentas y voy al cuarto de baño. Lavo mis manos y me quedo de pie, mirando, como corre el agua por ellas. Las manos de Evan eran rojas, sus nudillos en carne viva, como si hubiera estado en una pelea. Cierro el agua y seco mis manos con cuidado.

“¿Lauren?”

Me doy cuenta que alguien está diciendo mi nombre y me vuelvo para ver a Gail mirándome con curiosidad.

“¿Estás bien?”

Asiento.

“¿Estás segura? Luces…no lo sé. Un poco perdida ó algo.”

“Estoy bien,” digo con dureza, más duro de lo que quiero, y Gail dice, “Okay,” con su cara ruborizándose.

“Lamento--,” digo, pero es demasiado tarde y ella ya salió por la puerta. Suspiro y me dirijo fuera.

Ninguna Katie. Chequeo mi reloj: 5:02. Mirando los alrededores del estacionamiento, no veo su auto en ningún lado. Diablos. Ella no se ha olvidado de mí—Katie es realmente buena para cosas como ésas-pero ella probablemente fue a recoger a sus hermanos y tuvo que hablar de algo con el director de sus programas extra-curriculares. Ella tiene que hacer un montón de tareas como esa.

Me siento a esperarla. Desearía tener un auto, pero papá no me dejará usar el suyo ó el otro nuestro. Él dice que es porque no confía en los otros conductores, pero sé que lo que quiere decir es que no confía en mí. En el fondo pienso que le preocupa que si tengo un auto pueda hacer lo que hizo mamá, que él podría regresar un día a casa y encontrar que me he ido. No es que vaya a admitirlo alguna vez, aun si lo empujo. Pero creo que eso es parte de ello.

La otra parte podría ser que antes que me cancelara el permiso de manejar, obtuve tres infracciones por exceso de velocidad.

A las 5:10 miro los alrededores del estacionamiento de nuevo. Todavía no hay señales de Katie. Ella probablemente llevó a Marcus con ella, y él nunca cierra su auto así que puedo ir a sentarme dentro y esperar.

Salvo que el auto de Marcus tampoco está en el estacionamiento. Mierda. Eso significa que sus hermanos volvieron a su casa en autobús, y Marcus y Katie están en la casa de él. Ahora tendré que esperar aquí hasta las 6.30, cuando la mamá de Marcus llega a la casa y Katie tiene que escaparse por la ventana porque la mamá de Marcus piensa que ellos ya pasan demasiado tiempo juntos. Pienso en llamar a papá, pero él estará en una reunión ó en un lugar de trabajo y tendré que dejar un mensaje, y para el momento en que lo reciba serán después de las 8.00. Además ni siquiera estoy segura que él sepa dónde está la escuela.

Pienso acerca de hacer la tarea, pero decido lo contrario. Es lo suficientemente malo tener que sentarme a esperar a Katie, quien sin duda me conducirá a mi casa con una enorme sonrisa en su cara y me contará todo acerca del grandioso sexo que ella y Marcus acaban de tener.

Tendré que asentir y actuar como si fuera igual para mi porque la única vez que Katie me preguntó acerca de mi y Dave, no tuve la fuerza para decir que no estábamos haciendo lo que todo el mundo asumía que hacíamos. Para ser honesta, ni siquiera puedo imaginar a Dave y yo teniendo sexo. Aunque…cierro mis ojos, pienso en las manos de Dave sobre mi cuerpo, agarrando mis tobillos, deslizándose hacia arriba por mis piernas, haciendo círculos en mis rodillas. Pienso acerca de cómo bajaría la mirada y vería sus manos, sentiría la aspereza de sus nudillos partidos cuando gire sus dedos para trazar—espera. Dave no tiene nudillos partidos. Maldita sea. Siento mi rostro arder en rojo brillante y, menuda suerte, justo en el momento en que sale el Sr. Herrity y dice, “Lauren, ¿te estás sintiendo bien?”

“Bien,” digo entre dientes, y no me permito presionar una mano en mi estómago, el cual está hecho un nudo y saltando.

“¿Alguien está viniendo a recogerte?”

Siento.

“Bien,” dice él, y agrega, “Asegúrate de practicar esa pieza que tocamos hoy en clase,” antes de entrar a zancadas al estacionamiento.

¿Qué significa eso? ¿Qué piensa que apesto? Pero si él pensaba eso, ¿por qué estaríamos tocando esa pieza nuevamente? Me lo pregunto por unos minutos y después miro mi reloj de nuevo: 5:18.

Suspiro y abro mi mochila. Ya tengo un grupo de tareas. Durante el período de otoño, los maestros por lo general facilitan la tarea durante los primeros días. Pero en primavera, olvídalo. Incluso tengo tareas en la clase de Axel. Tú pensarías que su clase interminable hubiera sido suficiente, pero oh no, tenemos lecturas para hacer, y probablemente hablarlas mañana y estaré atascada sentada allí con Evan Kirkland al otro lado de mí.

¿Evan de nuevo? ¿Qué está mal conmigo? Busco en mi bolso hasta que encuentro el libro que estoy leyendo y lo saco. Nadie está en los alrededores, así que no tengo que preocuparme que nadie me vea. No puedo esperar hasta la universidad, honestamente. Todavía no se donde voy a ir- mi único criterio es que será algún lugar lejos- pero cuando llegue allí mi asignatura principal será inglés y pasar cuatro (bien, conociéndome, serán probablemente más como cinco ó seis) años leyendo libros.

Leo hasta que escucho a un grupo de personas salir, voces altas riendo y diciendo cosas realmente morbosas acerca de Clara Wright. Meto mi libro nuevamente en el bolso y escucho. Después de una historia particularmente detallada que termina con Clara gritando. “¡Jack Harris es un dios!” Me doy cuenta que estoy escuchando a los chicos castigados, a quienes Clara ni siquiera mira, mucho menos tiene sexo con ellos. Los observo dirigirse dentro del estacionamiento y dispersarse hacia sus coches. Surgen algunas personas más, y noto un par de ellas mirando en mi dirección. Me preparo para una conversación que consistirá en sus especulaciones acerca de lo que mantiene a Dave interesado (si sólo supieran que es mi habilidad para asistir a la iglesia los domingos y mantener mi ropa puesta), pero ellos simplemente salen y se dirigen dentro del estacionamiento.

Miro mi reloj nuevamente: 5:23. Suspiro. Estoy hambrienta, cansada, y quiero ir a casa. Puedo sacar mi libro de nuevo ó, aun mejor, llamar a Katie y averiguar dónde diablos está.

Mientras que estoy revolviendo mi bolso por mi teléfono y esperando haber recordado en realidad cargarlo, me doy cuenta que un auto está detenido al final de la vereda y la persona dentro me está mirando. Escucho el ronroneo de la ventana del acompañante bajando. Evan.

Su cabello luce muy oscuro en atenuada luz, y sus ojos, observándome, parecen sr aún más oscuros. No está sonriendo.

“¿Quieres un aventón?” dice. Su voz es muy tranquila. No suena para nada como lo recuerdo. Mary lo llamaba a veces “charlatán” porque ella decía que él hablaba tanto.

“Yo--” digo, y miro alrededor, insegura. Si hay un modo de manejar el mirar a una persona que te hace sentir medio como mareada y extraña cuando la ves, de seguro yo no lo conocía.

“No importa”, dice, con la voz mordaz y desalentada al mismo tiempo, y la ventana del acompañante empieza a subir nuevamente, su cara desapareciendo.

“espera,” digo, y me pongo de pie. Camino por la vereda. Cuando llego por fin a su auto, no se que hacer con mi bolso ó la caja de mi clarinete, y termino en cierto modo tropezando/cayendo en el asiento. Siento mi cara en llamas rojas cuando mi cabeza golpea contra el hombro de Evan.

“Perdón,” susurro, y me arreglo lo mejor que puedo, el estuche del clarinete junto a mis pies y el bolso en mi regazo, como si fuera alguna clase de cubierta. Él enciende el auto y yo estoy muy contenta, temerosa que el rápido sonido sordo de mi corazón fuera audible antes.

Él no dice nada. Ni mientras dejamos la escuela, ni cuando estamos entrando en la calle principal. Le echo un vistazo cuando estamos detenidos en la luz de tráfico que alimenta sobre el camino casi todas las subdivisiones, y él me está mirando. Nuestros ojos se encuentran por un segundo, y él aparta la mirada rápidamente. Me siento extraña, completamente incapaz de enfocarme en nada salvo el hecho de que estamos sentados muy cerca.

“Um, vivo--” digo, con mi voz saliendo temblorosa, con duda.

“En el mismo lugar que…¿que antes?” dice.

Todo lo que puedo controlar es un asentimiento. Me siento como lo hice la única vez que casi me desmayé. Hubo un momento, justo antes de que mi visión se estrechara y me dijeran que me sentara, cuando todo parecía estar demasiado iluminado y brillante, como si estuviera viendo algo escondido de la forma en que había sido siempre, como si lo que conocía como real fuera simplemente una sombra de lo que era en realidad.

No recuerdo el resto del viaje, no en realidad. Recuerdo pensar que debía decir algo, pero en lugar de eso vi sus manos en el volante y me quedé mirándolas fijamente, mirando fijamente sus nudillos. Recuerdo sentirme recuperar el aliento cuando pensé en el sueño despierto que había tenido acerca de Dave y cómo no era acerca de Dave en absoluto.

Recuerdo que cuando me vio mirando, dobló sus dedos, escondiendo sus uñas de mi vista. Recuerdo que su pierna izquierda golpeteaba cuando estábamos detenidos en una parada de cuatro vías, temblando con un ritmo inquieto. Recuerdo que cuando entramos en mi calle él dejo escapar un jadeo, como si alguien lo hubiera golpeado, y dijo, en voz tan baja que no creo que se suponía que yo lo escuchara, “Se ve igual.”

Recuerdo que se detuvo en el final de mi camino de entrada, y me quedé sentada allí por un segundo antes de darme cuenta que no iba a ir más lejos, que no iba a conducir hasta la casa. Recuerdo que me volví una vez que estuve fuera del coche, tocando torpemente mi bolso y el estuche de mi clarinete. Él me estaba observando nuevamente, y esta vez cuando nuestros ojos se encontraron, no apartó la vista.

Quise decir, “Gracias”, cortésmente, tal vez hasta suntuosamente, como si todo el asunto no fuera gran cosa, pero lo que me salió fue su nombre.

“Evan”, dije, y ambos nos movimos nerviosamente con eso, como si hubiera una corriente viva corriendo entre nosotros.

“Me tengo que ir,” dijo, y se inclinó hacia delante y cerró la puerta. No miré hacia atrás para verlo partir, pero lo escuché, el rugido de su coche desvaneciéndose mientras desaparecía por el camino.


FIN DEL CAPITULO

Traducido por Clo

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