lunes, 18 de enero de 2010

BLOOM por Elizabeth Scott Capitulo 4

Bloom

Por Elizabeth Scott

Capitulo 4- Parte I


Soy la primera persona en llegar a casa, por supuesto. Siempre soy la primera. Reviso mi correo de voz y mi e-mail, entonces trato de decidir si podría comprar un auto por internet sin que papá se entere. Apuesto que no se enteraría. Por lo menos no hasta que llegue la cuenta de la tarjeta de crédito. De eso si se entera. (” ¿Lauren realmente necesitabas gastar ochenta y cinco dólares en un corte de cabello?”) Su problema es que no tiene idea de cuánto cuestan las cosas. No puedo esperar para tener la conversación sobre matriculas universitarias.

Hago mi tarea por un rato, a pesar de que mi libro de historia permanece guardado en el fondo de mi mochila. Le doy una mirada, sólo una, y es como si estuviera en el auto con Evan de nuevo.

Evan. Enfoco y veo que he escrito su nombre en el ensayo que se supone que debo estar escribiendo para la clase de inglés. Presiono la tecla de borrar y las cuatro letras desaparecen. Después de terminar escribiendo su nombre otras tres veces, me doy por vencida con la tarea y bajo al primer piso.

La cena de esta noche es alguna comida-en-bolsa que compre la última vez que estuve en el mercado. Papá preferiría pasar su tiempo libre trabajando, así que al minuto que obtuve mi licencia, asegurarse de que tengamos comida paso a ser mi trabajo, lo que está bien por mí, dado que al mercado es al único lugar al que me permite conducir. Y cocinar, soy definitivamente la única que lo hace. Robin, la última novia, era una cocinera bastante buena, y por un tiempo hubo cenas elegantes cada noche. Entonces papá comenzó a llegar tarde a casa o a faltar permanentemente a la cena, y las comidas desaparecieron.

A pesar de todo yo aprendí un par de cosas, y después de que ella se marchó continué cocinando para mi algunas cosas. Pero el asunto sobre cocinar es debes limpiar después de que terminas, así que es más fácil hacer algo que viene en su propio contenedor o usa su propia sartén. Yo como en la mesa de la cocina, y me quedo mirando la piscina del patio trasero.

Papá la hizo instalar para Sally, quien creció cerca al océano y decía que lo extrañaba, y cuando la terminaron Jane y yo hicimos grandes planes para invitar gente a nadar y entonces de repente todos querrían venir a mi casa, con nosotras. Pero cuando finalmente tuve las agallas para invitar a -adivinaste- Clara, ella dijo “Yo voy a la piscina del club” y eso fue todo. Ella se refería al Club de Campo de la carretera, ese al que pertenecen las familias cuyos padres viajan todos los días a Broad Falls. He oído que allí tienen ocho piscinas o algo así. Yo solía rogarle a mi papá para que se uniera cuando era más pequeña, pero ¿cuál era el punto? Si Dave no puede hacerme popular, unirme al club seguramente tampoco lo hará.

Ahora, nuestra piscina está prácticamente abandonada, aunque una vez al año, papá decide que debe ejercitarse más y nada unas cuantas vueltas cada mañana durante una semana o dos. Katie y yo la usamos de vez en cuando en el verano, mejorando nuestros bronceados y mirando al chico que limpia la piscina si es lindo. Usualmente no lo es.

Los chicos lindos que limpian la piscina son otra cosa inventada en los libros. Eso o todos trabajan en el club.

Cuando termino de cenar, practico la pieza que Herrity nos hizo tocar en clase y después me encargo de lavar y hago más tareas. Papá envía todas sus cosas -y quiero decir todas, incluida su ropa interior- a la lavandería, pero a mi simplemente no me gusta la idea de que alguien más lave mis medias. O mi ropa interior. Además ellos le ponen almidón a todo, y jeans almidonados? eso es algo realmente incomodo. Además me gusta el sonido de la lavadora y la secadora. Sin ellos la casa estaría tan silenciosa que probablemente escucharía mi propia respiración.

Me doy cuenta que estoy pensando de nuevo en Evan mientras doblo mis camisas, sobre la marca en su brazo, sobre sus manos, sus ojos, su cabello. Sobre el mirándome a mí.

“Detente” Me digo a mi misma y pongo mi ropa a un lado.

Papá llega a casa cuando estoy abajo viendo televisión. Le toma como ochocientos minutos entrar porque tiene que cubrir su auto para que no se raye (aparentemente parquear en la cochera no es suficiente para protegerlo) y entonces, mientras está haciéndolo, siempre revisa su correo de voz y termina devolviendo todos sus mensajes. Cuando era más pequeña solía salir a la cochera a escucharlo hablar, pero hay un número determinado de conversaciones sobre ventanas y “espacios abiertos” y los muchos tonos de beige que puedes escuchar antes de aburrirte. Además papá sigue en modo trabajo cuando está al teléfono, y el mayor reconocimiento al que puedo aspirar de el es un rápido saludo y el gesto de dame-un-segundo con el dedo, el cual aprendí pronto que significa, “No hasta que termine con todas estas llamadas.”

Katie y yo estábamos hablando a cerca de la universidad una vez, y ella dijo que odiaba la idea de tener un compañero de cuarto. “Yo simplemente quiero mi propio espacio, entiendes?” dijo ella, y yo respondí “Por supuesto”, pero la verdad es que me gustaría. Tengo tanto espacio para mí misma que no me importaría renunciar a un poquito.

Cuando papá finalmente entra, lo escuchó dejar caer su portafolio en la mesa de la cocina y revolver el correo. “Lee Lee” dice él. “¿Estás aquí abajo?”

Le subo volumen al televisor. A algunas personas les gustan los sobrenombres. No soy una de ellos. Eso es porque cada vez que lo escucho, recuerdo lo horrible que mi nombre es en realidad. Lauren Smith es aburrido pero mi nombre completo es- bien, de acuerdo. Mi nombre completo es Lauren Lee Smith. De todos los nombres que pude haber tenido, ese es el que obtuve. Lauren Lee Smith. Tiene la personalidad de una tostadora. Podría ser una tostadora. El modelo Lauren Lee Smith.


Continua...


Traducido por Caty

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