miércoles, 5 de enero de 2011

ICE CAPITULO 25

VEINTICINCO
Latitud 63 ° 54 ' 53 " N
Longitud 125 ° 24 ' 07 " W
Altitud 1301 pies
LA LARGA TARDE DE VERANO se escabulló. Mientras el equinoccio otoñal se acercaba, las estrellas aparecieron más temprano, el sol se elevaba mucho antes y las auroras boreales se ondulaban sobre el bosque del norte como el telón de un teatro.Cassie presionó su mejilla contra los cierres de la ventana y miró hacia arriba, a una parte del cielo. Ella envolvió su ancho estómago con sus brazos y sintió que su piel se movía mientras el bebé se desplazaba dentro suyo. Oso había dicho que el bebe llegaría en el otoño. A Casi no le quedaba tiempo.
Mientras miraba el trozo de cielo aclararse desde un azul profundo a un rosa pálido, intentó contenerse para no gritar. Había perdido el verano en tareas sin sentido. Estaba segura de que el Padre Bosque podría haber enviado a alguien a su cabaña para hacerlas. Su dependencia por las tuberías hechas por el hombre y que estas se vieran impecable era un capricho extraño, como si se hubiera olvidado de que los poderes munaqsris podían afectar las tareas ordinarias.
Pero lo había hecho sin quejarse. Aún así, ella estaba atrapada en esta caja de madera y estaba mucho más lejos de rescatar a Oso.Alejándose de la ventana, ella miró a su alrededor para asegurarse de no haber aplastado ninguna vid.
El Padre Bosque lo sentiría. Llevaba cuatro meses preocupándose por no poder sentir o pensar y aún no había oportunidad de escapar. En estos días ella a menudo pensaba mucho en su madre y en el castillo troll. Ahora Cassie a veces se despertaba en las noches gritando. Pero nadie aparecía para consolarla.

“¡Holaaa, pequeña madre!”
Cassie miró hacia fuera desde las persianas. Afuera de la puerta, el álamo agitó sus brazos de rama sobre su cabeza como si estuviera agitándose en un avión.Oh, no de nuevo. El álamo saltó sobre las piedras cantantes.
“¡Dile al Padre Bosque que estoy aquí!”
Sin excepción, el álamo venía cada mañana, pero hoy Padre Bosque tenía otras visitas también. Tres personas de la parte sur del bosque boreal habían venido a la cabaña a discutir la colocación, exposición y color de las hojas de otoño, como si fueran artistas participando en una vasta galería de arte.
“Dijo que no puede verte hoy,” Cassie dijo a través de las persianas.
Corriendo a la ventana, la chica árbol le hizo un abucheo a Cassi. Sus ojos eran amarillos salvajes y ella expuso sus afilados dientes verdes. En ese instante, se había transformado de un espíritu de árbol infantil en algo salvaje. Cassie instintivamente retrocedió lejos de la ventana y luego álamo explotó en llanto.
"¡Oh, mis álamos! ¡Sufren! Es el abeto. Sus raíces se extienden, roban la tierra de mi álamos!
"“Lo siento,” dijo Cassie, mirándolo a través de las persianas.
No importaba qué tan linda fuera la chica-árbol, ella no era una niña. La alegre inocencia era un efecto, tanto como la imagen de Papá Noel del Padre Bosque. El álamo chilló. Sus hojas se balancearon, sus ojos rodaron, y su boca se abrió en una mueca que cruzaba la corteza de su cara.
“¡Él debe venir y verlo! La multitud de abetos empuja a mis álamos. Mis álamos pierden ante la exposición a la montaña. ¡Mueren por algo de luz solar!” Su cuerpo de madera se sacudió. “¡Debes dejarme verlo!” tirándose contra la ventana, le gritó a la persiana.Cassie se retiró con rapidez. “Le diré que estás aquí.” Dijo El álamo sonriendo con placer, otra vez era una verde niña. “Bien.”

Cassie se escapó a la sala de estar. El musgo fosforescente sobre las paredes las iluminaba con un tenue brillo verde. Las grandes llamas, dijo el Padre del Bosque, habían puesto nerviosos a los visitantes. Seis visitantes, abedules, enfermizos a la luz verde del musgo, se habían plantado en el suelo de madera.Pasando por encima de sus raíces, Cassie le susurró al Padre Bosque sobre el álamo.
El Padre Bosque hizo una mueca – una expresión extraña.
"¿Puedes decirle que no puedo ahora?"
"Ya sabes cómo es", dijo Cassie.
"Oh, querida” dijo el Padre Bosque.
"Debería ir…"
"Esto es inaceptable." Uno de los abedules hombres dejó caer hojas sobre su cabeza. Otro frunció el ceño y dijo:
"Hemos recorrido un largo camino."
Un tercero tomó la palabra: "Tenemos que tomar decisiones importantes"
"Oh, querida mía…” dijo el Padre Bosque
“¿Cassie, mi niña, no puedes tranquilizarla?" Cassie comenzó a negarse, y luego se detuvo. Tal vez esta era su oportunidad. A lo mejor podía usar a la loca chica árbol. . . A Cassie le dio un vuelco el corazón, y trató de parecer despreocupada.
"Yo podría convencerla para que me muestre los abetos. Dígale que le hare un informe.
"Él frunció el ceño. "Sin duda, ella puede esperar un poco"
"Está a segundos de llegar aquí", dijo Cassie.
"Como podran imaginar, yo preferiría no ir tan lejos." Acarició su vientre redondo para darle más énfasis.
"Pero si le sería de ayuda. . . "
"Dejad que la humana vaya" . Dijo uno de las abedules, era una mujer.
Otro abedul, dijo, "Sí, vamos a seguir mas adelante con ella."
Agrego otro: "Por favor, tenemos un tiempo limitado."
El Padre Bosque se rindió. "Muy bien. Ve, entonces."
Él agitó la mano para despedirse de ella cuando uno de los abedules le golpeó la rodilla y le dijo:" Sobre ese tono de amarillo. . . "
"Los tonos de oro son mejores, ¿no está usted de acuerdo?", Respondió el Padre Bosque.
Cassie se giró hacia la cocina, segura de que cambiaria de opinión. En cualquier momento, se daría cuenta de su error. Su mano temblaba mientras la posaba en el pestillo de la puerta. Siempre se había sido como la madera rígida.Apretó el cierre y tiró de la puerta, y esta se abrió, y Cassie estaba fuera. Sus rodillas temblaban. Se apoyó contra el marco de la puerta.
Aspiró el oxígeno. Olía al pino y el suelo. Olía a las sombras y la luz solar."Pequeña madre, ¿el viene contigo?”Cassie apenas escuchó el álamo. Ella camino hacia la puerta. Frágiles helechos marrones rozaban su falda. Sintió un crujido caliente y puntiagudo bajo sus pies desnudos. Contrólate, le susurró su mente, contrólate.
"¿Querida madre?" La voz del álamo tembló, con una pequeña nota de peligro. Ella pisó una rama, y Cassie se concentró en ella. Tenía que mantenerse tranquila si quería que funcionara su fuga.

"Me pidió que viniera en su lugar para poder observar", dijo Cassie. "Debo hacerle un informe."
"Todo lo que queremos es nuestra parte", dijo nuevamente el álamo dulcemente y tembloroso.
"No es justo. Otros árboles tienen una exposición mucho mejor."
Cassie abrió la puerta. Las piernas le seguían temblando, salió cuando el álamo continuó:
"Algunos árboles tienen una exposición tan buena que pueden hablar con los vientos. Los álamos nunca, sin embargo. No es justo en absoluto. Es una injusticia. "
Más allá de la valla, la oscuridad de la selva era virgen. Helechos color avellana cubrían el suelo del bosque. Por encima, las hojas y las ramas estaban unidas con tanta fuerza que ahogaban la luz. Ella podría perderse en la oscuridad. Podría desaparecer.Cassie miró a la casa de campo. Inocente como una casa de pan de jengibre, la casa ardía en el ardiente cielo rosa de la mañana. Podía oír el ascenso y la caída de las voces del abedul a través de las persianas. Ella esperaba que el Padre Bosque la arrancara en cualquier momento. Su corazón palpitaba tan rápido como las alas de un mosquito.

Se forzó para no correr, en caso de que la observara desde la ventana, Cassie entro en el bosque, y las sombras se la tragaron.

El álamo salto a su lado, de nuevo como una niña. “¿En qué piensas?”. Sabía que era su imaginación, pero se sentía como si los árboles se estuvieran inclinando sobre ella, ahogándola.
Mientras se apretaba entre los arbustos, echaba de menos la apertura de los bancos de hielo. En el hielo, su alma se liberaba, pero aquí, se sentía atrapada, incluso claustrofóbica. Filtrada a través del dosel de ramas de hojas perenne, la luz del bosque se parecía al color verde subacuático.Helechos y colas de caballo llenaban los espacios entre los abetos. Ella pasó sobre raíces y arbustos de hojas marrones.
“¿Estas escuchándome?” Demandó el álamo. Cassie no lo había hecho.
“¿Quieres explicarme?”
“¡Sí!” Los amarillos ojos de los álamos brillaron.
“Algunos árboles de la ladera de la montaña pueden hablar con el viento. ¿Es mucho pedir? ¿Un poco de espacio para ser escuchados?”
Cassie miró hacia atrás por encima de su hombro. Ya no podía ver la casa de campo. Era tiempo de correr. No sabía cuánto tiempo más tenía antes de que el Padre Bosque se diera cuenta de su error. Pero tenía que estar mucho más allá del alcance de sus viñas cuando lo hiciera. Echó a correr, sosteniendo su gran estómago. Las rocas pinchaban sus pies descalzos.
“Despacio, pequeña madre”
“Tenemos que llegar a los abetos” dijo Cassie.
“¿Quieres que yo pueda verlos lo más pronto posible, verdad?” tan pronto estuvo lo suficientemente lejos, distrajo al álamo y la perdió. Su falda se engancho en los arbustos y se envolvió alrededor de sus tobillos. Acachándose, la levantó hasta las caderas. Corriendo más deprisa.

El álamo podaba a su paso después de Cassie.
“Pero estas yendo por el camino equivocado. ¡Mis álamos están al este! ¡Pequeña madre detente!”
Su aguda voz perforo el viento. Ella dejó escapar un grito. Las hojas temblaron.Sosteniendo su estómago protectoramente, Cassie se escondió debajo de una rama de baja altura. Se dio una palmada en la frente. Apretó su mano sobre su punzante cabeza.
Era Sangre o sudor, se sentía húmeda.Delante de ella, las cortezas se derritieron como metal fundido.Cassie se desvió a la izquierda y una segunda pared de corteza la bloqueó. Miró a su alrededor, la corteza sellaba todos los huecos. ¡Atrapada! Cassie se detuvo. A su alrededor la madera la rodeaba en un sólido círculo. Se giró. Posado en la rama el árbol niña miro hacia ella.
“¡Dije al Este!”Cassie oyó un ruido horrible, como si se rajara la pared de los árboles. Que se abrió como si un rayo la hubiera golpeado. El Padre Bosque estaba donde había estado la pared.Cassie retrocedió hasta que su espalada dio contra la pared de corteza.
“Me has decepcionado” dijo él en voz baja.
“Pensé que teníamos un acuerdo. Después de todo, es tu propio interés lo que estoy protegiendo.”
“Yo no estaba… Quiero decir, no lo hice…” Cassie quería llorar. Meses, ¡desperdiciados!
“Oh, mi niña, debes saber que no tiene sentido, no puedes irte del bosque cuando estás en el bosque, más de lo que no se puede escapar del mar desde el mar.”
“No estaba tratando de escapar,” mintió Cassie.
“Estaba confusa, y entonces los arboles empezaron a moverse y me asusté. Es por eso por lo que corrí.”
El Padre Bosque chasqueó la lengua. “Vamos, vamos, ahora…”
Dejándose caer de las ramas, el álamo aterrizo sobre las suaves hojas.
“Es mi culpa. Estaba apresurándose para ayudarme, y se fue por el camino equivocado”.

Cassie la miró fijamente. El álamo tembló locamente salvando a Cassie.
¿"Es la verdad"? dijo el padre del bosque. La chica árbol se encogió de hombros.
La indignación coloreó su voz.
"Ella es una niña insensata". Por favor creelo, Cassie miro hacia él.
Y dijo en voz alta dijo, "Ella estaba molesta. Quería que me diera prisa. Yo sólo quería ayudarla.
“Usted ha sido un verdadero padre para mí". Casi sintió atragantarse con las palabras. Las líneas del rostro de él se suavizaron. Asintió un poco, ¿El sabia cuan insistente podía ser la chica árbol, o no? ¿Podría comprenderlo ya que cómo podría ella escapar?, Cassie no respiró por un momento.
"Perdoname, pequeña, por dudar de ti," dijo. "Regresa a la casita". Sonriéndole, él serpenteó el arrugado brazo alrededor de su cintura. Ella trato de no ponerse tensa.
La chica árbol se erizó. ¡"Pero mis álamos "! Puso su otro brazo alrededor del álamo.
"Acompáñanos también. Lo podemos discutir". Puso el brazo alrededor de cada una de ellas, el Padre Bosque le propulso a Cassie y a la chica árbol adelantarse por la grieta de la pared que el recién había hecho.Cassie echó un vistazo sobre su hombro y vio a los abetos lentamente convertirse nuevamente en árboles.
Tiritó un poco. "frío"? preguntó el. "Estoy bien ," Cassie dijo. "Haré que alguien te prepare un té para calmarte". Tan pronto cuando ella vio la casita, se adelantó con zancadas hacia adelante, saliendo del brazo que la rodeaba, y pasó por las piedras cantantes.
Las piedras tocaron alegremente hacia ella. Entró la casita, y el picaporte hizo clic cerrándose atrás de ella. Ella no se permitió mirar hacia atrás. Entro y los abedules ya se habían marchado. Pasando por encima de las manchas de sus raíces, llevo la caldera al fregadero. Sacudió sus manos y la llenó con agua. Su mente corria en círculos. Ella no sabía que él podría controlar árboles desde la distancia. Fuera de su casa, Oso no había sido capaz de afectar las moléculas que él no tocaba.
Pero Sedna podía, Cassie pensó. La sirena había salvado a Cassie sin tocarla, y el Padre Bosque era un supervisor como Sedna.¿Alguna vez ella se escaparía con esa clase de poder que el poseía? ¿Cómo podría ella correr del bosque dentro del bosque? ¿Qué parte del bosque no era bosque? La caldera se desbordó. Vertiendo agua sobre el desagüe.
¿"Cassie, el agua?" El Padre bosque dijo, entrando en la casita de campo. " No es un pozo interminable " Mecánicamente, ella apagó el grifo. Lo miró fijamente sin mover la mano. El agua no era la parte del bosque.
Ella recordó: Los ríos no son de mi región. De repente, supo como escaparse, Necesitaba un río, un arroyo, un pantano. Sí, un rio sería perfecto. Él no podía mirar inmediatamente la circunferencia entera. Ella podría medio perderlo y salir a un lado inesperado. ¿Pero como ella lo conseguiría? El Padre bosque nunca la dejaría salir de nuevo, mucho menos acercarse al agua. ¿Qué excusa tendría que conseguir para estar cerca del agua? El álamo dejó escapar un chillido.
"Trae el té aquí, por favor, " dijo el Padre Bosque.
Cassie puso la tetera sobre la estufa, y después de unos minutos, silbó. Vertió el agua hirviendo en la taza. Sintiendo como una idea se formaba mientras ella vertía el té. El necesitaba agua para su te especialElla trajo la taza al padre Bosque, para que se la diera al álamo . Padre Bosque se concentró en el té durante un momento y luego animó al álamo a beber. Después de unos sorbos, la chica árbol estaba más tranquila. El padre bosque miro agradecido a Cassie. "Gracias. " Cassie sonrió dulcemente.

* * * * *
A la mañana siguiente, tan pronto como Padre bosque se retiro a la sala, Cassie completó sus preparativos. Comprobando sobre su hombro para asegurarse de que estaba sola y luego empujó una bola de barro, palos, y piedras en la llave de la cocina. Atascándolo todo lo más lejos que pudo con el palo de escoba y entonces agregó más, mezclándolo todo hasta que fue más grueso.
Al mismo tiempo, escuchó el timbre del xilófono revelando las piedras fuera de la casa.Estaba segura de que la chica árbol regresaría. Ella había lo había escuchado del padre Bosque el día anterior.
El sólo la tranquilizó: El no había resuelto su problema, el álamo volvería.Cassie terminó de tapar el grifo, y luego se enderezó. Su estómago se hundió.
"Wow, pequeño, que es lo que está pasando ahí dentro?" Ella juntó las manos sobre su abdomen. Se sentía impotente.
¿Qué significaba eso? Su corazón dio un vuelco más rápido. Había dejado pasar mucho tiempo, ¿verdad?Ella no podía dar a luz aquí. No hay doctores, ni enfermeras, ni hospitales. Ningún Max con su transporte aéreo. Sólo El Padre bosque y sus locos árboles. Ella cerró los ojos, el mundo empezó a girar. ¡Oh, Dios, no ahora. No aquí.

No podía permitir que este niño naciera aquí con el Padre Bosque. Crecería como un preso. no podía dejar que eso sucediera.
¡" Holaaa, pequeña madre!" ella escuchó" Trabaja conmigo, " susurró Cassie a su estómago.
Y le dijo a la chica " Lo siento mucho, escuche hablar de los abetos "
Con varias octavas demasiado altas, la chica del árbol chillo:
"Escuchar, que ?"
"El Padre Bosque concedió las colinas Mackenzies a los abetos, dijo Cassie.
"Él lo decidió anoche. ¿No te lo dijo? "
Como lo esperaba, sus palabras eran un fosforo encendido. El álamo explotó. Chillando, La chica árbol golpeo su cuerpo de palo en la puerta.
Con un crujido fuerte, como una explosión abrió la puerta. Y luego el Padre Bosque corrió a la cocina. El álamo chillaba lo suficientemente fuerte como para derribar los árboles.
“Cassie, el té! ", gritó el Padre Bosque. "¡Ella está histérica!"Cassie corrió hacia la tetera.
Convenientemente vacía. Ella la llevó al fregadero. Echo un vistazo por encima de su hombro. El Padre Bosque retorcía sus manos sobre la chica árbol.
El álamo giró alrededor de la habitación, rasguñando cortes en las paredes de madera y desgarrando las hojas. Cassie giro la manija del fregadero.
"La fontanería esta obstruida!"
"Arréglalo!" exclamó el padre del Bosque.
Cassie abrió el gabinete bajo el fregadero. Ella se agachó. Ella había insertado el zueco en el grifo para prevenir goteos, pero el verdadero problema con la instalación de las cañerías se encontraba acá.
Ella sabía que no podía arreglarlo, no después de todo el problema que ella había pasado por romperlo. Fue tiempo de que la dependencia del Padre bosque por las cosas artificiales en vez de la magia habían trabajado en favor de ella. Ella acarició la cañería con cariño.
" No se ve bien, " dijo ella en voz alta. Tirándose encima del contador.
"Intentaré en el cuarto de baño. " dijo,
¡"Date Prisa! "
Ella apenas podría escucharlo por los chillidos del álamo. Para ser un árbol, ella tenía un buen conjunto de pulmones. Sus orejas vibraban, Cassie anduvo como un pato al cuarto de baño.
"No hubo suerte dijo ella”. "El pozo debe estar seco!"
Y regresó a la cocina. El estaba cerca del llanto.
"Ella necesita té!"
Cassie se fue por una jarra del estante. Ahora, aquí este era el paso final. Ella pronunció una oración en silencio. Atragantándose con sus propios latidos, dijo:
"Yo podría traer un poco de agua. ¿Dónde está el río? ""cuarto de milla al norte. Señaló. "¡Anda ve!"
Cassie se fue.Y los árboles no la detuvieron.
Fin del Capitulo.
Traducido por Rania
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