jueves, 11 de noviembre de 2010

ICE CAPITULO 22


Latitud 64 ° 04 '50 "N

Longitud 124 ° 56 '02 "O

Altitud 1.281 metros


Ella seria encontrada por un guía, el roedor lo había dicho antes de dejarla, pero Cassie
no veía nada parecido a un guía. Ella estaba sola al pie de una colina. Abetos de poca altura, y un bosque de álamos bloqueado su vista del cielo. El aire crujía con los pájaros y tenía un ligero sabor a hojas.
“¿Hola?” llamó. Se preguntó qué clase de criatura se supone que se encontraria por aquí. Roedores? Pájaros? Mosquitos?

Uno de los álamos a mitad de camino hacia la colina comenzó a temblar. Los Álamos al norte temblaron con un soplo del viento. Recordó una de las lecciones de papá:
Populus tremuloides, se les llamaba o Alamos Temblorosos. Pero éste era el único árbol en el bosque que se movía. Ella camino hasta el. Su tronco era tan grueso como su brazo, con corteza de color verde pálido. Sus ramas delgadas sobresalían en intervalos desiguales. Se estremeció más duro, como si se tratara de hacer la danza del vientre. Y de pronto este se echó a reír. O, más exactamente, una chica que reposaba en las ramas del árbol se echó a reír. Cassie entrecerró los ojos, el sol estaba directamente detrás del árbol y, curiosamente, hizo que la chica adquiriera un tono verdoso.

“Holaaa” Dijo la chica. Se lanzo de las ramas y aterrizó suavemente en el suelo.
“Yo soy el álamo”.

Cassie parpadeó. Ella era verde. Su piel parecía como las hojas en capas, y sus cabellos parecían ramitas.
"Tú eres el álamo munaqsri?"

“Sí” dijo la chica. Su voz era aguda, como un alegre silbido.

"Eres un árbol", dijo Cassie.

Una vez más, la verde chica se echó a reír. "¡Sí!"

Cassie decidió que había visto cosas más extrañas que esto. O tal vez no. Trató de imaginarse describiendo esta criatura a Owen y Max. Ellos nunca le habían creído. Si Cassie volvía a la estación ahora, tal vez ella y su madre tendrían algo de qué hablar.

Siguiendo al Álamo, Cassie subió a la cima de la colina, la vista desterró todos los demás pensamientos. Todo lo que Cassie podía hacer era mirar.
"Wow", ella susurro. Era magnífico.
A lo lejos, podía ver las montañas Mackenzie. De un morado oscuro con franjas de color blanco glaciar, las montañas coronaban el horizonte. Max siempre había querido volar su avioneta Twin Otter en esas montañas. Ahora ella entendía por qué. Los ríos pasaban por las colinas. Vio enormes rocas con forma de caras.
Y el verde. . . oh, el verde. Espesos y altos abetos, dominaban el paisaje de cientos de kilómetros entre ella y las colinas. El pino Tamarack era verde pálido y las espinas delgadas de los álamos se destacaban como luces contra los abetos verdes.

"El Padre Bosque se encuentra dentro del bosque boreal”, dijo la chica árbol.
"Montaremos a caballo hasta ahí. "

"Vamos a qué?" Cassie le preguntó.

Parecía ignorarla, el álamo siguió diciendo. "Me gustan esos", dijo. Estaba apuntando a un caribú cercano, un macho joven. Este estaba de espaldas. Él había perdido la mayor parte de su abrigo de invierno, y los restos colgaban como trapos sobre su cuello y su amplia espalda. Bajó la cabeza en un matorral y golpeó su cornamenta contra las ramas. Sonaba como una docena de tambores, este ahogo los chirridos de las aves.

Cuando acabo, levantó la cabeza. Sus cuernos estaban teñidos de rojo. Cassie podía oír las alondras de nuevo. La chica árbol corrió a su lado, tan rápido con un aspecto borroso. Sonriendo, Cassie la siguió. Esto fue incluso mejor que viajar con roedor.

La chica álamo saltó sobre la espalda del caribú y le hizo señas a Cassie. Se cogió de la melena del caribú, Cassie se tiró de su espalda. La longitud de esta la obligó a inclinarse hacia su cuello. Sus vértebras pegadas en sus piernas.

"¡Corre!" Ordenó El álamo.

Él se echó a galopar, y dispersó a los otros caribúes. Sus tendones se presionaron, como bandas de goma. Cassie rebotó en su espalda cuando aceleró bajo el poder del Álamo.
Ella sintió el momento exacto en que salió del bosque frio y entró en el bosque boreal: La luz cambió. Las sombras los rodeaban como conos bloqueado el sol. El caribú pasó por encima de agujas que crujían, y saltó por encima de los árboles caídos. Los Abetos eran franjas de color verde oscuro salpicados por un claro flash. Al final, se encontraba el Padre Bosque!

El álamo gritó una orden, y el caribú se detuvo. Cassie fue lanzada del de este cuello. "¡Ay!" dijo cayendo sobre Su estómago. Ella se deslizó por detrás de sus prominentes omóplatos.
"¿Por qué lo hiciste. . .” Empezó a preguntar, y luego se detuvo ante lo que era una pintoresca casa de campo situada dentro de los abetos.
Parecía como si fuera parte de ellos. La corteza de los árboles sangraba sobre la madera de las paredes. El techo estaba hecho de piedras cubiertas de musgo. Cassie sonrió, era definitivamente una casa de campo.

"pintoresca". Dijo.

Rosas silvestres cayendo alrededor de la puerta y ventanas. El aire olía a romero y menta. El humo salía rizado de la chimenea. Helechos cubrían el pequeño patio, y amplias piedras habían hecho una ruta de acceso a la puerta. Cassie salió detrás de la espalda del caribú, y este se alejó.

Abriendo una puerta de madera, Cassie pisó la primera piedra. Escucho un timbre
como un coro de pájaros. Pasando por ella la chica árbol saltaba y reía mientras iba por la ruta de acceso. Cada piedra cantaba bajo sus pies. Sonaba como un xilófono que llamaba a un pájaro. Cassie probó con otra piedra. Sonriendo, ella fue por el camino hacia la puerta de la cabaña. Podía oler el pan horneado. Ella inhaló profundamente.

La chica árbol abrió la puerta. Cassie se detuvo en la puerta. Ella entrecerró los ojos, mientras sus pupilas se adaptaban. En el interior, la casa estaba tan oscura, acogedora, y cómoda como una guarida de oso. Le tomó un segundo ajustar sus ojos antes de que ella pudiera ver el ocupante de la cabaña.

El anciano se encontraba doblado y retorcido como un oscuro árbol de abeto. Con una escoba en la mano, se movía alrededor de la pequeña casa barriendo la suciedad en las esquinas y techos. El polvo flotaba en el aire como niebla por la mañana. Murmuró algo para sí mismo.

La chica árbol echó los brazos alrededor de él. Él le dio unas palmaditas en el hombro. "Sí, sí, querida ", dijo. "Pero todo debe ser perfecto para nuestros invitados."

Padre Bosque. Ella Quería gritar o cantar. Oso parecía estar tan cerca que casi podía
sentir su piel bajo sus dedos y oler su aliento. Cassie se aclaró la garganta.
Él junto las manos.
"Nuestra visita!" Todas sus arrugas se movieron al sonreír.

"Por favor, ven, ven". Él miro alrededor de ella mientras se agachaba hacia el interior.

La cocina de la casa de campo estaba llena de alacenas y cajones, todo tallado con imágenes
de conejos y ardillas. Los estantes estaban apilados con platos, tazones y jarras de madera. El fregadero incluso tenía una llave de madera. Lo único de metal era una estufa de hierro forjado y una vieja tetera pasada de moda. Las esquinas de la cocina estaban en las sombras. A través de una puerta abierta Vio una pequeña, y acogedora sala de estar y a través de otra de las tres puertas, ella vislumbró un dormitorio. No era nada como el castillo de Oso con salón de baile, reforzados pasillos, la escalera de caracol, pero a ella le gustaba. Se sentía cálido, seguro y era un bienvenido cambio del hielo y la tundra.
"Usted es el Padre Bosque?"

El viejo asintió con la cabeza. "¿Te gusta?"

Ella adivinó que le hablaba acerca del bosque. "Es hermoso".


Él sonrió. "Tienes que ver la zona del lago Aberdeen. Hay Hermosos abetos blancos. Y las colinas del Pavo real. Son algunos de mis mejores trabajos. Sí, deberías tener un paseo de demostración! Tú debes ver mis arboledas de álamos. Y las orillas del río con los álamos balsámicos. Los ríos no son de mi región, por supuesto, pero, ah. . . las orillas del río! "

"Lo siento, pero…"

"Oh, tienes que ver los sauces! Los matorrales rivereños del sauce! "
No se podía contener a sí mismo, saltaba de un pie a otro. Le recordó a Cassie a un duende de Navidad. O el mismísimo Papá Noel.

"La próxima vez", prometió, y ella le sonrió. Su entusiasmo era contagioso. Era imposible que no le gustara.
"Estoy segura que usted hace un maravilloso trabajo".

"Es una noble vocación." Por un instante, había seriedad en sus ojos.
"Los Munaqsri hacen que el mundo funcione". Y luego fue todo sonrisas. Él
dio unas palmaditas.
"Ven, siéntate", dijo. La guio hacia un rincón vacío, el hombre golpeó el suelo con su escoba. En el lugar que toco, una raíz de árbol creció desde fuera del piso. El la moldeo con tanta facilidad como lo hacía Oso esculpiendo un hielo. Pensó en los muebles de Oso, ahora totalmente destruidos.
Pronto estaría en casa, se dijo a sí misma. El munaqsri del bosque le dio unas palmaditas a la silla hecha de la raíz.
"Por favor, déjame conseguirte algo de comer. Debes estar muerta de hambre. "

Su estómago rugió y él se apresuró a la cocina.
"Gracias, pero no tengo tiempo. Tienes razón. Acerca de los munaqsri, quiero decir. Sin Oso, todas las especies de osos polares se extinguirán en una generación. "

Se paro en la punta de sus pies, miró a su gabinetes. "Tenemos todo tipo de delicias aquí en mi bosque. Hojas Frescas? corazones de piña? "
El Padre bosque lleno una bandeja de bayas y hojas de forma irregular que no eran de esta temporada.

Ella no podía distraerse, no estando tan cerca, aunque el pensamiento de la comida era tentador. Ella no había comido desde ayer. "Me dijeron que podía
ayudarme a llegar al castillo del troll. "

El abrió el horno de hierro, y el olor de pan flotaba por la habitación. Su estomago exclamó. Él sacó un delicioso pan. "Primero descansa. Luego hablaremos acerca del oso polar. "

Pan fresco. Ella se saboreo. ¿Qué daño podía hacer? ¿No sería mejor ir a rescatar a Oso con el estómago lleno? Todo lo que ella sabía, es que estaba a miles de kilómetros del castillo y que iba a necesitar energía. Su urgencia discutió con el hambre, y el hambre había ganado. Cassie se quitó la mochila y la apoyó contra la pared. Se sentó en la silla. Se sentía tan sólida como la madera ordinaria, a pesar de que acababa de crecer de la nada.
El le sirvió una bandeja de pan. Ella se preguntó por qué no había puesto la comida aquí por arte de magia tal como lo había hecho con la silla. Luego, mordió el pan y perdió interés en lo demás en un momento.

El pan sabía a miel. Se fundía en su boca. Ella lo devoró en tres bocados. "Sabe delicioso".
Algunas de las hojas sabían como a lechuga, algunas a menta, y otras sabían a nuez.
"Gracias." Dijo ella.

Él le sonrió con cariño. "Tú eres la esposa del oso. Nosotros nos aremos cargo".

Ella sonrió. El búho tenía razón. Le había dicho a Cassie que podía confiar en él.
Ella no tenía nada de qué preocuparse. Gracias a Sedna, el
roedor y el álamo, ella y oso estarían en casa pronto.
"¿Qué tan lejos está el
castillo? ", preguntó ella mientras terminaba su comida.

"Té?", Preguntó. Acarició con un dedo la raíz. Cassie se movía mientras un brote verde retoñaba en la corteza que estaba a su lado. Este se desplego y su punta se hinchó en un bulbo. Parecía a punto de estallar. Las partes verdes se hicieron a un lado y se abrió como un tulipán. Desde su base, tenía un color que iba del rosa pálido a un rojo profundo. Encantada, se rió en voz alta. ¿Era mágico, algo que solo alguien como Oso haría.
El munaqsri Bosque rompió la flor desde su base. El brote verde se convirtió en polvo. Fue a buscar la olla a la estufa y sirvió el té en la flor. Se lo entregó a ella. Los pétalos se sentían suaves y calientes.
"Te va a gustar esto", dijo sonriendo. "Es una mezcla especial. Extra
fuerte para usted. "

El vapor se elevo hasta su nariz mientras ella lo llevaba a sus labios. Ella tomó un sorbo. Sabía a hierbas y pino. Inmediatamente, se sintió más tranquila.
"Gracias otra vez", dijo ella.

"He preparado una cama para ti", le dijo. "Necesitas una noche de buen sueño." Cassie se sacudió.
“No, no." Sintió su lengua pesada. "Estoy cerca." Ella lo estaba, sus rodillas se sintieron débiles de repente .El Padre Bosque tomó el té de las manos de ella para ponerlo en la silla. Con cuidado, la tomó por el codo y la condujo a una de las puertas.
Él dijo: "Si necesitas algo, sólo tienes que llamar. Los arboles tienen oídos, ya lo sabes. "

Sentada en una esquina, la chica árbol se rió, era un sonido estridente. Mientras que en la cabeza de Cassie se sentía como si rallara metal. Ella movió su cabeza para despejarla, y se sintió mareada.


El la dejo en una habitación verde con una cama suave. Ella frunció el ceño mientras miraba la cama. Ella no quería dormir, ella quería a Oso.
“No, no quiero dormir. " Dijo arrastrando las palabras. Se estaba haciendo difícil pensar.
Vagamente, pensó que era el té. Pero el era un hombre agradable. "Veré a Oso cuando despierte?"
Ella trató de mirarlo, pero sus párpados se sentían tan pesados como el granito. Se dejó caer sobre la cama. Él le dio unas palmadas.
"Descansa esta noche, querida. Por favor, no te preocupes. Todo va a estar bien. Ya lo verás. "

En un impulso, ella abrazó al hombre.

"Sí, sí, querida", dijo. "Ya lo verás."

Fin del capitulo

Traducido x Rania.
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