lunes, 29 de marzo de 2010

Bloom Capitulo 17


BLOOM

Capitulo 17

Traducido por Clo

El consejo de Gail, cuando le cuento todo lo de esa noche por mensaje instantáneo, es corto y al punto: “Habla con él.” Le digo que está en lo cierto y que lo haré, y decido que le diré a Katie que tengo que hacer algo para el Sr. Herrity cuando lleguemos a la escuela en la mañana para poder encontrar a Evan y hablar con él. Había pensado en salir en coche hasta Anderson Freight para verlo, pero papá se marchó para regresar a la oficina mientras yo estaba en la cocina preparando la cena, y cuando intencionalmente ignoré su saludo de despedida, se quedó parado allí por un momento antes de decir, “lo lamento.” No esperaba eso y probablemente lo hubiera perdonado por lo anterior salvo que él tomó el otro juego de llaves del auto cuando se fue, como si hubiera sabido lo que estaba pensando hacer y no quería que lo hiciera. Entonces volví a estar enojada con él. No es que importara, ya que no estaba en casa para verlo.

Katie llama justo cuando le estoy diciendo a Gail que hablaré con ella mañana y me estoy desconectando.

“¿Por qué no estabas en línea esta tarde? Te busqué.” Fabuloso, ella estaba enojada de nuevo. Me tumbo a través de la cama, maldiciéndome por no llamarla más temprano.

“Tarea. Y oye, debería haberte dicho que tenía un aventón a casa en el almuerzo. Simplemente lo olvidé por completo. Dios, soy la peor amiga de la vida.”

Lo admito aun cuando sé que la respuesta “No, no lo eres” no va a venir, pero aun así duele cuando Katie dice, “Sip, últimamente lo has sido en realidad. ¿Con quien conseguiste un aventón?”

Me quedo en silencio por un momento, esperando escuchar a Harold y Gerald gritando en el fondo para que ella diga que se tiene que ir, pero por una vez creo que se están comportando porque no hay nada más que silencio viniendo del otro extremo de la línea. “Evan,” digo finalmente.

“Oh. Dave te estaba buscando, sabes. ¿Has hablado con él?”

“Si.” Si una distraída charla telefónica de veinte minutos mientras estaba cenando y mirando la nevera, pensando en Evan, cuenta.

“Así que muy pronto ustedes chicos ¿estarán saliendo por, cuanto, una año y medio?”

No quería para nada hablar de Dave justo ahora.

“Me tengo que ir,” le digo. “Papá acaba de llegar a casa y está intentando hacer palomitas de maíz en el microondas. Tengo que asegurarme que no queme toda la casa.”

Ella no ríe de la forma que lo haría usualmente, sólo dice, “Seguro. Te veré mañana a la mañana. ¿Cierto?” y cuelga antes de que pueda si quiera responder. Mierda.

Cuando Katie llega a recogerme en la mañana, estoy sentada fuera esperándola. “Y,” digo mientras entro en el coche, “no sólo estoy lista a tiempo, incluso he comido. Así que no habrá envoltorios por todo tu coche. Esto en cierta forma arregla lo de ayer, ¿no?” Entonces le echo una mirada. Ella se ve como siempre, en realidad, salvo por una cosa. El esmalte de uñas en su pulgar derecho está descascarado, y así también el esmalte de su meñique izquierdo. El esmalte de uñas de Katie nunca está descascarado. Nunca.

“¿Qué ocurre?” pregunto, y ella me mira. Se ve exhausta y como si estuviera a punto de llorar.

“¿Katie? ¿Es Marcus?”

Niega con la cabeza. “La fiesta de cumpleaños fue anoche. Quería tenerla en el fin de semana, pero Gerald y Harold le preguntaron a papá cuando estaba en casa, y dijo que tenerla en una noche de escuela estaba bien.” Hace una inspiración profunda. “Cuando te llamé anoche, estaba en un armario en un lugar de pistolas láser, intentando no--” Se quiebra, pero no tiene que terminar la frase. Intentando no llorar.

“Apárca a un lado,” le digo, y ella lo hace. La abrazo, y ella llora y me cuenta acerca de la fiesta. Ninguno de los otros padres se quedó, así que allí estaba ella, sola con veinticinco niños hiperactivos, y para las nueve la gente de las pistolas láser le habían pedido dos veces que se fuera. Y para el momento en que había logrado que todos esperaran afuera por sus padres, a ella, a Harold y a Gerald le habían dicho que no eran bienvenidos de nuevo. Nunca más. “El gerente nos seguía preguntando dónde estaban nuestros padres, nos seguía diciendo, ‘¿No pueden estar aquí para el cumpleaños de sus niños?’, deberías haber visto las caras de Harold y Gerald--”

“Oh no,” digo, y no debería estar pensando en cómo me perdí de hablar con Evan, pero lo hago, un poco. Abrazo nuevamente a Katie y le digo que lo lamento y que desearía ser una mejor persona. Justo en este momento, incluso cuando todos esos libros que leí me hacen sentir como una mierda, mataría por ser una de las chicas en ellos, por ser una amiga perfecta y no del tipo que se sienta en un coche al costado del camino escuchando sollozar a su mejor amiga y sintiéndose mal por ella pero también pensando en si misma.

Pero sigo siendo yo, la Señorita Para-Nada-Perfecta, y cuando llegamos a la escuela justo a tiempo para correr a nuestras clases del primer período, estoy molesta porque no tuve oportunidad de hablar con Evan, lo que me hace sentir aun peor por todo. También estoy preocupada porque Katie, después de contarme lo de la fiesta, empezó a preguntar por ayer. Ella preguntó mucho acerca de ayer y de una manera que quiere decir que sabe que algo está pasando, y no sólo que no quiero decirle nada, sino que no quiero ni siquiera pensar en decirle algo.

Además, todavía quiero hablar con Evan.

No tengo oportunidad de hacerlo. Pienso en caminar por ahí después del almuerzo para ver si me lo encuentro, pero Dave me sorprende sacándome fuera, viniendo a mí mientras estoy esperando con Katie en la fila por aun otra excitante porción de pizza y susurrando, “tengo una sorpresa para ti.”

Me lleva fuera del campus, al Mc Donald de afuera junto a la carretera, y nos sentamos en su coche en el estacionamiento, hablando de nada. Yo estoy comiendo papas fritas, y Dave está comiendo el sándwich que le preparó su mamá, y todo el asunto es-que se siente como la nada. Estar con él se siente como nada. No me hace sentir nada, y una vez que hemos hecho planes para el fin de semana (un asunto con la iglesia esta noche, pizza con todos y luego una fiesta el sábado) y se queda sin asuntos de deportes de los que hablar y le he preguntado por sus padres, no hay nada más que decir; el camino de regreso a la escuela se llena de silencio. Él parece a gusto con ello. Lo miro mientras nos dirigimos dentro, y él me esta devolviendo la mirada, sonriendo.

“Estoy contento de que hayamos hecho esto,” dice. “Katie dice que tú y yo necesitábamos pasar algún tiempo juntos, y creo que tiene razón. No he estado cerca mucho tiempo últimamente, y realmente lamento eso. No quiero que pienses que te doy por sentada ó que no sé lo afortunado que soy.”

“No eres tan afortunado,” murmuro, pero cuando Dave dice, “¿qué?” simplemente digo, “Gracias por el almuerzo,” y observo a las personas mirarlo mientras caminamos por el corredor.

La realidad de eso, de cómo todo el mundo totalmente levanta la vista para mirar a Dave, me recuerda que se supone que yo sea la afortunada. Él quiere estar conmigo, y sin bien nunca me siento abrumada de felicidad cuando estoy con él, tampoco estoy triste nunca, nunca preocupada. Pero aun así, mientras estamos caminando, con su mano estrechando la mía, me doy cuenta que de la manera en que me siento ahora se debiera haber sentido bien hace algún tiempo. Tal vez un poco aburrido, pero bien. Pero ahora no es suficiente.

Ahora que he sentido más, quiero seguir sintiéndome de esa manera. Aun cuando me atemoriza un poco. Ó mucho.

* * *

Soy un desastre total en la clase de música. Gail y yo nos pasamos notas todo el tiempo, y me entero que Gail y Jennie van a ir a comprar vestidos de fiesta este fin de semana porque hay un gran baile en la escuela de Jennie-ella va a una de las escuelas importantes de Broad Falls-dentro de algunas semanas. Le pregunto a Gail que clase de vestido quiere, y ella responde pero además escribe, “¿Vas a contarme lo que pasa con Evan ó qué?” El Sr. Herrity me ve leyendo su nota y se aclara la garganta. Aparto la nota y me encojo de hombros hacia Gail.

Tres segundos después vibra mi teléfono. Ella me manda un mensaje de texto preguntándome lo mismo de la nota. Entonces levanto mi mano, pido permiso para ir al baño, y cuando ella entra algunos minutos más tarde, le cuento todo. En realidad es un completo alivio.

“Mira,” dice cuando termino de hablar. “Cuando salgamos de aquí, ¿por qué no lo esperas al final del corredor junto a la clase de Axel? Entonces cuando pase junto a ti le puedes preguntar si quiere hablar y saltarte la clase.”

“¿Estás sugiriendo que me salte la clase? ¿Tú?”

Ella me revolea los ojos. “¿De qué habló Axel ayer?”

“Mmm-guerras. No espera, castillos. ¿Ambos?”

“¿Ves? Entonces simplemente sáltate la clase y habla con él ya.”

“Está bien,” le digo, y las dos nos dirigimos de regreso a la clase. Y entonces, mientras estamos saliendo más tarde, dirigiéndonos a la clase de Axel, con Gail contándome acerca del vestido que está buscando Jennie y ayudándome a estar alerta por Evan, aparece Katie.

“Hey” dice, y le sonríe brevemente a Gail antes de meter su brazo por el mío y decir, “¡Me he estado muriendo por escuchar acerca de tu almuerzo!”

“Katie--”

“Espera,” dice, y busca en su bolso con la otra mano, apareciendo con la familiar latita de mentas, la cual me pasa.

“Así que, cuéntamelo todo. ¿Pasaron un buen rato tú y Dave?”

“Seguro,” digo alrededor de una bocanada de mentas. Ella me está acompañando por el corredor, lo que no funcionará en absoluto. Necesito esperar a Evan. “Mira, probablemente querrás ver a Marcus antes de ir a clases--”

“Vamos, quiero detalles.”

Y entonces me encuentro contándole acerca del almuerzo mientras me acompaña todo el camino hasta la clase de Axel, tardando tanto que apenas logro llegar a mi escritorio antes que suene la campana. No hay tiempo de hablar con Evan. Y en la clase él no me mira, ó por lo menos no me mira cuando yo lo miró a él. Me paso todo el periodo escribiéndole notas, y luego escribiendo otras diferentes porque las que le he escrito son todas estúpidas. Mientras Axel está serpenteando por todo su camino, dándonos conferencia acerca de lo que sea hasta el último segundo posible, me decido por un nuevo plan. Me quedaré por ahí esperando después de clase, veré si Evan se queda. Si lo hace, hablaré con él. Si no lo hace…bien, entonces iré a la biblioteca y hablaré con él.

Suena la campana y todos corren a la puerta salvo yo. Me quedo perdiendo el tiempo en mi asiento por un segundo, simulando que no puedo encontrar mi bolígrafo, y luego le echo un vistazo a Evan.

Él está todavía allí, y me está mirando. Ya está. Inspiración profunda. Me inclino hacia delante y pongo el libro en mi bolso, escucho el rechinar de los pies dejando la clase. Está bien. Ahora sólo voy a decir que lamento que mi padre haya sido un cabrón y espero que él diga--”

“Lauren, ¿estás lista?”

Está bien, eso no suena como Evan. Eso suena como… “¿Katie?”

Es ella. Me está mirando, con una sonrisa tensa en su rostro. ¿Qué está haciendo ella aquí? Miro alrededor y Evan todavía está en la sala, deslizando su anotador dentro de su bolso. Desearía que ella se fuera, y entonces me siento culpable. Pero aún así digo, “Hey, no necesitas esperar por mí. Te alcanzaré en tan solo un minuto.”

“Lo lamento, pero tenemos que irnos justo ahora. Tengo que recoger a mis hermanos, y además, cuanto antes llegues a tu casa, es cuanto más pronto podrás arreglarte para salir esta noche con Dave. ¡Oh! También necesitamos hablar de mañana. Creo que vamos a encontrarnos todos antes de ir a la fiesta de alguien.”

Evan aparta la mirada de mí, con su boca torcida en esta burlona sonrisa fruncida, y se dirige fuera de la sala. Siento que mi cara se pone roja, y sé que él sabe acerca de Dave, pero, ¿tenía Katie que decirlo de esa manera? Tal cual-meto a la fuerza mi libro dentro del bolso y me pongo de pie.

“Vamos,” digo, y salgo al corredor sin ni siquiera esperarla. Sé que no debería estar enojada con ella-Dave es el chico con el que estoy saliendo, y que ella hable de él no está fuera de lo común-pero estoy enojada de todas formas.

En nuestro camino al estacionamiento ella comienza a caminar a través de la cafetería, tomando el camino largo que nos llevará por el gimnasio, y sé que significa que quiere ver a Marcus.

“Pensé que teníamos prisa,” digo.

Se encoge de hombros. “Pensé que podrías querer ver a Dave.”

“No quiero que se te haga tarde para recoger a Harold y a Gerald.”

“Oh, cierto,” dice, cortante, y un silencio raro cae entre nosotras mientras que damos la vuelta y nos dirigimos directamente al estacionamiento. No termina hasta que estamos dentro del coche y se aclara la garganta y dice, “Entonces. ¿Sabes de quién es la fiesta mañana?”

Niego con la cabeza. “No tenías que venir a buscarme, sabes. Yo iba de camino a encontrarte.”

Katie me mira, y puedo decir que ambas sabemos que estoy mintiendo. Después de un momento aparto la mirada, pretendiendo estar fascinada por lo que está ocurriendo afuera de la ventana.

“Lauren,” dice mientras estamos doblando en la calle que conduce a mi subdivisión, “¿hay algo?, ya sabes… ¿hay algo de lo que quieras hablar?”

Le echo una mirada, a su atuendo perfecto y uñas perfectamente a juego (por supuesto que ella arregló su esmalte de uñas, por supuesto que lo hizo), y me pregunto lo que diría si le contara que estoy harta de la perfección. La miro y pienso en ella y en Marcus y lo felices que son, y cómo Dave y yo los hacemos aun más perfectos porque entonces todos estamos en pareja, perfectos conjuntos iguales, y sé que no entendería. Ella diría que tengo todo lo que cualquiera podría alguna vez querer, y estaría en lo correcto. Tengo lo que -a quien- todo el mundo quiere.

Pero yo quiero a alguien más.

FIN DEL CAPITULO.



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